Opinión ¿Llegamos todas? La presidenta Claudia Sheinbaum, al rendir protesta como primera Presidenta de México y al recibir la banda Presidencial de manos de la presidenta de la cámara de diputados, Ifigenia Martínez Hernández, resaltó el reconocimiento “no solo a las heroínas de la patria, sino también a todas las heroínas anónimas, a las invisibles, que con estas líneas hacemos visibles, a las que con nuestra llegada a la Presidencia y las que lucharon por su sueño y lo lograron , las que lucharon y no lo lograron”. “Hoy primero de octubre del 2024 inicia la segunda etapa, el segundo piso de la Cuarta Transformación de la vida pública de México, y también hoy, después de 200 años de la República y de 300 años de la Colonia, porque previo a ello no tenemos registros claros, es decir, después de al menos 503 años, por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de esta nuestra hermosa Nación. Y digo llegamos porque no llego sola, llegamos todas”. A los 100 días de su gobierno la Presidenta de la República informó que “entre septiembre y diciembre de 2024 se aprobaron 12 reformas constitucionales y 16 leyes que establecen (varias) garantías …Una reforma muy importante y trascendente (es que) las mujeres ya estamos en la Constitución con reconocimiento a la igualdad sustantiva, el derecho a una vida libre de violencias y a trabajo igual, salario igual. Como lo dije cuando tomé posesión. No llego sola, llegamos todas … Este año 2025 lo dedicamos a la mujer indígena para enaltecer el origen de México y reconocer y dar voz a quienes quisieron callar durante cientos de años. ¡Que vivan las mujeres indígenas de México! En la Montaña de Guerrero las voces de las mujeres indígenas aún no son escuchadas ni atendidas por los 3 niveles de gobierno. La violencia feminicida sigue cobrando víctimas. En los 100 días del nuevo gobierno se han consumado 4 feminicidios. Las mujeres indígenas siguen padeciendo los estragos de un sistema de justicia patriarcal, misógino y opresor. El analfabetismo secular impuesto por un modelo educativo etnocéntrico y monolingüe le ha cerrado las puertas a las mujeres indígenas que son confinadas a padecer el maltrato y discriminación. Han truncado sus sueños para asumirse como mujeres libres y empoderadas, forjadoras de su propio destino. El abandono gubernamental ha incubado las violencias que padecen desde pequeñas. La discriminación y el racismo las ha estigmatizado y cosificado. La miseria ancestral orilló a sus padres a mercantilizar las alianzas matrimoniales tempranas. El sistema de justicia estatal se ha confabulado con los feminicidas culpando a las mujeres de sus tragedias. El caso de Leuteria Reyes Benito, indígena Na Savi de Cruz Fandango, municipio de Alcozauca fue asesinada por el policía municipal Herminio quien de manera cobarde le causó múltiples heridas en todo su cuerpo con un arma blanca. Leuteria nació el 26 de enero de 1993 en una casa de adobe. Una partera auxilió a doña Catalina para que llegara al mundo su primogénita. Sus primeros pasos los dio en el piso de tierra. El hambre es el flagelo que padecen de generación en generación. Era la mayor de 9 hermanos: tres mujeres y seis hombres. Su papá Zacarías comenta que Leuteria “creció en el cerro. A los tres años estudió el kínder en Cruz Fandango. Terminó la primaria, pero desgraciadamente no tuve dinero y por eso dejó la escuela. Como era la más grande me ayudaba a sembrar y aprendió todo el trabajo duro de la parcela. Tenía muchas ganas de estudiar, pero lo único que le pude dar fue el conocimiento de cómo sembrar maíz, frijol y calabaza. A la mejor si hubiera estudiado no le hubiera pasado esto”. Cuando tenía 19 años se fue para Alcozauca a buscar trabajo. Ahí conoció a Arturo con el que vivió 10 años en la colonia Cruz Verde. Tuvieron cuatro hijos: el mayor tiene 11, le sigue uno de 10, otro de seis y el último de cuatro años. A pesar de que salió de la casa nada mejoró para ella, más bien empeoró porque su esposo la golpeaba.” Una amiga de Leuteria comentó que sufría mucho porque “siempre estaba delgada y mal vestida. La veía sentada en el patio de su casa, siempre triste. Luego se vió el cambio cuando dejó a su esposo, el brillo de su rostro era otro”. Leuteria decidió separarse en marzo de 2024. Pidió el apoyo de la sindicatura municipal para pelear la guarda y custodia de sus 4 hijos, pero Arturo con amenazas no se lo permitió. No se dio por vencida, buscó ayuda con el Juez de Paz y logró negociar con su marido. Fue una negociación desventajosa porque la condicionaron a que construyera su casa para quedarse con sus hijos. Ante tantos obstáculos, no tuvo más alternativa que regresar a Cruz Fandango sin sus hijos, con la esperanza de construir una casa. Sin trabajo en su pueblo su martirio fue mayor porque solo cada 15 días podía visitar a sus hijos, además del maltrato que sufría por parte de la familia de Arturo. A los 2 meses regresó a Alcozuaca. Aprovechando la coyuntura electoral se acercó con el candidato a presidente, Crispín Agustín Mendoza, quien días antes había visitado su comunidad. Al regresar a la cabecera tuvo oportunidad de ver más seguido a sus hijos. Al ganar la elección Crispín se animó para pedirle trabajo. Se quedó como policía municipal. Fue una gran satisfacción para Leuteria porque se hizo la ilusión de construir su casa para vivir con sus hijos. Zacarías quedó contento porque ya estaba trabajando. Nunca imaginó que el policía Herminio, su compañero de trabajo, la hostigaría constantemente. Le decía que estaba “loca” y que solo estaba ahí porque quería andar con hombres. Las guardias que le tocaba con Herminio eran un infierno porque siempre la molestaba. A pesar de que se atrevía a decirle que la respetara, el acoso seguía. La amenazó con hacerle daño si no le hacía caso para tener relaciones sexuales. Leuteria se negó, pero Herminio en todo momento la acosó. En diciembre Leuteria logró que la cambiaran a tránsito municipal, sin embargo, la situación no cambió porque Herminio se empeñó en asediarla. Sabía dónde vivía y con qué señora vivía. El domingo 5 de enero, le llegó la noticia a Zacarías de que su hija estaba grave en el hospital de Alcozauca, solo le dijeron que la habían agredido con un cuchillo. El reporte del servicio médico forense registró 33 lesiones en todo el cuerpo. “Me dijeron tu hija está grave. Estaba muy herida. La tenían con aire, pero ya no funcionaban sus pulmones. Se la llevaron a Tlapa. Unos médicos decían que sí iba a sanar, pero otros decían que iba a morir. Cuando llegué estaba una doctora y me dijo tu hija no va a vivir porque tiene muchas puñaladas. Estuvo en el hospital general. De ahí se llevaron el cuerpo a Chilpancingo. Estaban indecisos, pero yo les dije ¡vamos!, hay que hacerle la lucha, si pierde la vida ni modo. Llegamos allá, comenzaron a revisarla y dijeron que ya no podía respirar. Solo me dijeron ya se murió. Como a ellos no les dolió la muerte de mi hija, me ordenaron que me la llevara ´porque ya no podemos hacer nada.´ Me traje el cuerpo hasta Tlapa. Cuando llegué a la fiscalía me dijeron ´no te la puedes llevar porque necesitamos checar cómo está. Otra vez se llevaron su cuerpo a Chilpancingo y tuve que ir otra vez para que me entregaran a mi hija. Me hicieron sufrir mucho porque nadie te ayuda. Nos hacen gastar dinero y nos obligan a dar muchas vueltas. A mi hija la enterramos este miércoles. Hasta entonces pude llorar, cuando llegue a Cruz Fandango”. El sábado 11 un grupo de mujeres de Alcozauca marcharon para exigir justicia: “El gobierno pensó que intimidándonos nos va a callar, que yendo a nuestras casas ya no vamos a alzar la voz, pero vamos a exigir justicia para que este caso no quede en la impunidad. Que se escuche claro para que llegue a los oídos de la presidenta Claudia y de la gobernadora Evelyn, y volteen a ver al municipio de Alcozauca porque ya no aguantamos tanta violencia e inseguridad. Los policías que según están para cuidarnos nos están matando. No tenemos confianza, andan con la cara tapada, como si fueran delincuentes. Con lo que hizo Herminio está claro que son delincuentes. En Alcozauca han ocurrido tres feminicidios y también hay secuestros virtuales de niñas de la secundaria y las autoridades no hacen nada. Las mujeres nos vamos a organizar como lo hacían nuestras abuelas y abuelos, para hacer justicia como pueblo, para que dejen de secuestrar, para que dejen de matar porque con la justicia del gobierno los asesinos pagan y salen libres.” “La gobernadora que tanto dice que protege a las mujeres, no vemos nada claro de lo que hace en favor de las mujeres indígenas. Los gobiernos todo el tiempo dicen que no tienen dinero. Para los pobres nunca van a ver dinero, porque se lo roban los políticos. Si en verdad el gobierno está tan pobre ¿por qué muchos quieren ser presidentes municipales, diputados y gobernadores? Por sus ambiciones mezquinas, la violencia no se para. Las mujeres de la Montaña seguimos desamparadas, nadie nos ve y a nadie les duele nuestras muertes. Somos mujeres y merecemos respeto. Exigimos a la gobernadora y a la presidenta de la república, que protejan nuestras vidas. Sentimos que por ser indígenas no nos hacen caso, por eso a Leuteria la mataron». Aún “no llegamos todas”. Centro de derechos humanos de la Montaña, Tlachinollan Share This Previous ArticleProtestan mujeres en exigencia de justicia para Leuteria en Alcozauca No Newer Articles 1 día ago