Acapulco, Guerrero, a 21 de abril de 2022. Con esperanzas de que el defensor del territorio, Vicente Suástegui Muñoz, siga con vida. Se han realizado cinco jornadas de búsquedas, pero no se ha encontrado nada lo que significa que podrían tenerlo en alguna parte padeciendo hambre, privado de la libertad, parafrasea su hermano Marco Antonio Suástegui, vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa la Parota (CECOP). En esta sexta jornada de búsqueda que inició hoy a las ocho de la mañana en las orillas del puerto, donde la violencia y la pobreza son las principales cadenas que mantienen desoladas las comunidades.
Después de noviembre del 2021 se había suspendido toda acción de búsqueda. A casi 9 meses de la desaparición de Vicente, desde el 5 de agosto del año pasado, se reanudan las jornadas de búsquedas. Es alentador buscar al defensor en lugares donde “ya teníamos información fidedigna, muy seria, de que podría encontrarse. Hace algunos meses había muchas posibilidades de que estuviera con vida, por eso es necesario que se peine minuciosamente cada punto”.
Marco Antonio Suástegui denunció que «la gente tenía información de dónde pudiera estar Vicente, con vida obviamente, pero no se descartó, incluso había testigos, pero al parecer fueron amenazados. Lo más preocupante es que intervino la Fiscalía General del estado de Guerrero, ya sean comandantes y comandantas amenazaron a los testigos, cuando casi estaban convencidos para dar lugares para dar con el paradero de Vicente. Es grave porque la misma fiscalía entorpece la búsqueda. ¿Qué quiere decir? Que la fiscalía sigue estando podrida, que sigue estando en contubernio con grupos delincuenciales. Es muy serio lo que estoy diciendo, por eso hago un llamado enérgico y urgente a la gobernadora para que depure nuevamente la fiscalía, de lo contrario, no vamos a avanzar y no vamos a encontrar a mi hermano mientras estas mujeres y hombres estén incrustados porque estos son los mercenarios de la ley»
El otro problema es que la Comisión Nacional de Búsqueda no cuenta con personal, menos con presupuesto para movilizarse en búsquedas que las familias que buscan a sus seres queridos requieren. Se justifican por cualquier situación para no hacer las búsquedas, mientras las familias desesperadamente no duermen por la incertidumbre que les cincela el corazón. Esta búsqueda fue más por la exigencia de los familiares y el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan de solicitar acciones de búsqueda, con atención al oficio UDDH/911/DGAIACI154nA22 de fecha 17 de marzo de este año.
Marco Antonio asegura que ese tiempo que se perdió fue crucial para encontrar a Vicente. “Hasta ahora era desconocido que hay comandantas y comandantes que amenazaron a las personas que estaban a punto de declarar dónde estaba el defensor. Nosotros nos hemos mantenido en el anonimato por medidas de seguridad, porque la misma fiscalía ha mandado desaparecer gente, ha mandado asesinar gente en el caso de Vicente Suástegui. Sin embargo, vamos a seguir alzando la voz. Por eso nosotros pedimos que haya una intervención internacional, recuerden que el caso de Vicente ya está en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Marco Antonio recordó que se necesita que el tema de las desapariciones forzadas a manos de delincuentes esté en el número uno, que esté en la agenda del gobierno estatal y del gobierno federal. Recuerda la lucha de doña Rosario Ibarra de Piedra, una mujer, que luchó desde la guerra sucia para encontrar a su hijo y nunca pudo”. Pasaron gobiernos y no pasó nada, nunca le entregaron a su hijo y miles más.
A pesar de las pocas búsquedas que se han realizado es importante señalar lo valioso para la familia que se estén llevando a cabo acciones para dar con el paradero de Vicente. “Estas jornadas de búsquedas seguirán hasta que se encuentre a Vicente. Además, ahora nos hemos convertido en peritos, en agentes investigadores, en ministerios públicos, hemos hecho todo, pero simple y sencillamente parece que el tema de los desaparecidos no está en la agenda del gobierno actual”. El dolor sigue taladrando el corazón de las familias, pero también continúa la esperanza.