La gesta por lo derechos humanos en la montaña de Guerrero está cimentada en la raíz comunitaria. Son hombres y mujeres de los pueblos Nasavi, Mepha y Nahuas quienes han protagonizado multiplicidad de luchas que van desde la defensa de nuestro territorio hasta las sentencias internacionales logradas a pulso por mujeres del pueblo Mepha contra el ejército Mexicano. El movimiento del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa la Perota es emblemático porque han logrado defender en los tribunales agrarios su derecho a seguir siendo campesinos y a mantener bajo su jurisdicción comunitaria los bienes naturales que le dan vida al puerto de Acapulco. El triunfo inobjetable de San Miguel del progreso, contra las concesiones mineras, ha robustecido la lucha de los pueblos contra el modelo extractivista que ha logrado acuerpar un movimiento cuya fuerza son sus asambleas comunitarias.
Fue en la Costa Montaña donde el sistema de seguridad y justicia comunitaria adquirió un reconocimiento nacional por su capacidad organizativa para hacer frente a los grupos de la delincuencia común y organizada y ser un bastión en d
efensa de los derechos colectivos. Las luchas de las mujeres, ha sido a contra pelo de las mismas estructuras patriarcales que persisten tanto en la comunidad indígena como en la sociedad mestiza. Han dado la batalla desde sus hogares y en los tribunales internacionales. Han escrito historias dolorosas que en muchas ocasiones les ha costado la vida. Han denunciado la violencia feminicida sorteando su propia seguridad y han emplazado a las autoridades para que cese el trato discriminatorio y el linchamiento mediático. Las madres y padres de familia son ahora un referente obligado en la lucha sin cuartel contra las graves violaciones a los derechos humanos, señalando la complicidad de las autoridades que se han coludido con el crimen organizado. Los asesinatos y la desaparición de personas nos han colocado como uno de los estados más violentos e inseguros del país.
Este panorama sombrío contrasta con experiencias inéditas que se han forjado en la lucha diaria por parte de colectivos de familiares, como los 43 padres y madres de familia de Ayotzinapa, que se mantienen firmes en su exigencia por justicia y verdad. Las familias desplazadas por la violencia no han sucumbido ante la avalancha delincuencial, por el contrario, se han colocado en la primera línea de fuego para encarar a las autoridades y obligarlas a que se involucren dentro de estos conflictos, para diseñar un plan de trabajo que garantice su retorno seguro.
En este contexto realizaremos el 9 y 10 de Agosto en la Ciudad de Tlapa un foro titulado: “Palabras de vida, camino de esperanza”, para dar cuenta de las luchas históricas que han escrito las y los guerrerenses desde la década de los sesenta hasta la actualidad. Serán cinco paneles que abordarán temáticas relacionadas con la represión política, las graves violaciones a los derechos humanos, la militarización y los saldos sangrientos de la guerra contra el narcotráfico. Además de contar con testimonios de familiares nos acompañarán defensoras y defensoras de derechos humanos y expertos internacionales. El día 10 a las 13 horas en el salón Marsil, presentaremos nuestro XXV informe titulado “Montaña llena eres de esperanza”