No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.
La defensa de los derechos humanos en la Montaña de Guerrero se hace con el corazón por delante. ¡Siempre cuesta arriba y con la fuerza de los pueblos!