Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa, Guerrero, México, a 17 de Junio del 2015.
A 264 días de la desaparición forzada de nuestros 43 compañeros por el Estado.
Hermanos y hermanas de los Territorios
No cedidos de la Costa Salish, alias «Vancouver», Canadá.
Compañeros y Compañeras del Comité
De Solidaridad con Ayotzinapa en Vancouver.
Primero, un saludo y un abrazo fraternal hasta la fría Canadá de parte de todos los 560 estudiantes que nos encontramos todavía firmes y de pie en nuestra combativa Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Gro., en espera de nuestros 43 compañeros detenidos-desaparecidos la triste noche del 26 y 27 de septiembre del 2014 en Iguala.
Segundo, habíamos pensado en comenzar nuestra carta contándoles algo de lo que sabemos sobre la ciudad de Vancouver y de su historia, pero nos dimos cuenta de que hay muchas cosas y términos que nosotros, indígenas y campesinos de las montañas del sureste mexicano no podemos comprender y ni siquiera pronunciar. Así que nos desanimamos mucho, mucho, muchísimo por nuestra ignorancia y nos dimos a la tarea, en lugar de hablarles de cosas que muchos de ustedes quizás conocen, de hablarles mejor de nuestra historia. De lo que somos. De lo que seremos y de lo que nos sentimos orgullosos. Indígenas y campesinos de estas nuestras montañas del sureste mexicano, de nuestro México, de su tierra.
Y fue así como nos dijeron nuestros más antiguos, fue así como nos contaron nuestra historia, porque contrario a lo que muchos gobiernos creen, nuestra historia tiene 89 años…y es esta…
Nuestra escuela se fundó el 2 de marzo de 1926 en Tixtla de Guerrero, un pequeño pueblo campesino y rural, cuna de grandes hombres como Vicente Guerrero Saldaña e Ignacio Manuel Altamirano, ambos de orígenes muy humildes. Uno libertador de México, el otro intelectual indígena y poeta.
Sin embargo, el 2 de septiembre de 1930, Raúl Isidro Burgos miró un panorama desolador al recibir una nueva encomienda en su carrera profesional. Al ser nombrado director de la Escuela Normal Rural “Conrado Abúndez” (primer nombre de nuestra escuela), recibió una institución que no tenía un edificio propio.
Su antecesor, Rodolfo Bonilla, había conseguido que la Junta de Beneficencia de Tixtla le concediera 7 hectáreas de terreno en lo que fuera la ex hacienda de Ayotzinapa. Pero los recursos para construir el edificio eran inexistentes por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Los impedimentos económicos no fueron pretexto para que Burgos iniciara la obra. El maestro solicitó un préstamo personal a la Dirección de Pensiones Civiles de Retiro y donó el dinero para iniciar la construcción de la ansiada escuela.
Maestros y alumnos aportaron parte de sus sueldos, así como sus becas. El 14 de marzo de 1932, Raúl Isidro Burgos organizó el traslado de la institución educativa a los terrenos prometidos en donde campesinos, alumnos y el propio académico se encargaron de colocar cada una de las piedras que dieron vida a la Escuela Normal de Maestros de Ayotzinapa.
Nuestra escuela desde su fundación cuenta con una formación marxista-leninista, y uno de los requisitos para tener acceso es que los estudiantes sean de escasos recursos. Se les otorga una beca a los estudiantes que cubren su internado y alimentación.
Desde entonces nuestra Escuela Normal Rural se ha encargado de formar hombres con un compromiso verdadero por lograr la igualdad de oportunidades para todos los niños y jóvenes, que lastimosamente engrosan las filas del analfabetismo, la violencia y el crimen organizado en Guerrero. Es por eso que tenemos una oportunidad importante de cambiar la vida de muchos de ellos, ya que cuando terminamos nuestros estudios nos trasladamos a las zonas más marginadas de México, que es donde les enseñamos a leer y a escribir. Ese es el propósito de nuestra Escuela. Este es el compromiso de los normalistas de Ayotzinapa.
Lamentablemente, es por este hecho que no estamos en los propósitos neoliberales del País, es por eso que en Guerrero asesinan estudiantes, precisamente para evitar que más muchachos de espíritu libre entren a nuestra escuela y con eso cerrar definitivamente, uno de los proyectos más significativos y rescatables de la revolución mexicana de 1910.
Actualmente estamos experimentando ese ataque cobarde por parte del estado, ya que intentan cerrar nuestra escuela y mediante esa forma terminar con nuestro movimiento y condenar al olvido a nuestros 43 compañeros desaparecidos. Queremos pedirles que no nos dejen solos. Que sea cual sean sus posibilidades, sus tiempos o sus geografías, se tomen aunque sea un minuto de su tiempo para acordarse de nosotros. Sabemos muy bien que nuestro destino quizás esta marcado por el dolor y la tristeza, pero siempre hemos tenido a la esperanza con nosotros por delante. Además sabemos perfectamente que al olvido solo regresaran quienes rinden su historia. Tengan la seguridad de que los que acá estamos, estamos dispuestos a defender nuestra escuela. Aunque no seamos muchos, aunque estemos cansados, aunque a veces nos consuma la desesperanza, aunque nos abrace la muerte, aunque nos invada el miedo….porque, nos cuesta decirlo…tenemos miedo, mucho miedo.
Miedo al olvido.
Miedo al tiempo.
Miedo a la desesperación.
Miedo al no saber que paso.
Miedo al saber que paso.
Miedo al miedo….
Sin embargo, hay algo que nos mantiene vivo y que nos ayuda a continuar…y ese algo son ustedes.
Porque nuestros más antiguos cuentan acá en la sierra del sureste mexicano una historia, bueno, más bien un cuento, fabula o leyenda lo que quieran que sea, por que afortunadamente esta historia, cuento, fabula o leyenda tiene el poder de cambiar de acuerdo al gusto del que escucha.
Nos contaron una vez que hace mucho tiempo en la tierra existieron grandes hombres y mujeres que poblaban todo el mundo, y que a su paso formaban montañas, colinas, lagos y praderas dependiendo del ritmo con el que andaban en su camino, dependiendo del ritmo o color de sus pies.
Y eran felices esos grandes hombres y mujeres poblando y caminando la tierra. Entonces un día, el dios sol les pregunto: “¿Por qué les gusta andar a ustedes? ¿Por qué no se quedan quietos como el árbol o la roca?”, entonces los grandes hombres y mujeres le dijeron: “señor nosotros caminamos porque es nuestra naturaleza, andamos porque nuestro padre nos ha dado estas tierras, y son nuestras señor y en ellas andamos”, entonces el dios sol comprendió que la naturaleza del hombre es lo que lo define, ya seas un gigante o un enano, ya seas hombre o mujer, dependiendo de la meta que persigas, así de largo será tu camino.
Nuestro camino es largo, pero nuestra meta será gloriosa. Por eso queremos y luchamos por nuestra escuela, para que el día de mañana cuando regresen nuestros 43 compañeros podamos terminar el camino. Quizás no corremos, pero vamos despacio, porque vamos lejos.
En fin el 10 de abril de 1971, Raúl Isidro Burgos murió en la Ciudad de México y hoy sus restos descansan en nuestra Normal que actualmente lleva su nombre y donde nuestros 43 jóvenes hermanos se formaban con los principios que el maestro cimentó con el fin de educar a un país.
Hace ya 44 años, esa tarde de agosto de 1970, Burgos difundió entre sus alumnos de la generación 1964-1970 los ideales que debía seguir la educación en México: “Sembremos la semilla de la libertad en el campo virgen del corazón de los jóvenes (…) El deber es enseñar a nuestros alumnos a ser libres.”
Más de 89 años después esa sigue siendo nuestra meta. Educar no para obedecer, si no para ser libres. La educación es la única arma para salir de la pobreza, marginación, violencia y analfabetismo con el que crecemos los de acá abajo. Los más pequeños de estas tierras. Los olvidados. Los campesinos. Los indígenas. Los que viven, nacen y mueren en este lastimoso rincón de tierra al que llamamos hogar.
Por estas razones y por muchas otras que quizás no podamos terminar de escribir en estas líneas, y a nombre de:
Juan Manuel Huikan Huikan (caído el 12 de octubre de 1988)
Jorge Alexis Herrera Pino (caído el 12 de diciembre de 2011)
Gabriel Echeverria de Jesus (caído el 12 de diciembre del 2011)
Eugenio Tamarit Huerta (caído el 7 de enero de 2014)
Freddy Fernando Vazquez Crispin (caído el 7 de enero de 2014)
Julio Cesar Ramirez Nava (caído el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero)
Daniel Solis Gallardo (caído el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero)
Julio Cesar Mondragon Fontes (caído el 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero)
También:
Abel García Hernández
Abelardo Vázquez Peniten
Adán Abrajan de la Cruz
Alexander Mora Venancio
Antonio Santana Maestro
Benjamín Ascencio Bautista
Bernardo Flores Alcaraz
Carlos Iván Ramírez Villarreal
Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
César Manuel González Hernández
Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
Christian Tomas Colon Garnica
Cutberto Ortiz Ramos
Dorian González Parral
Emiliano Alen Gaspar de la Cruz.
Everardo Rodríguez Bello
Felipe Arnulfo Rosas
Giovanni Galindes Guerrero
Israel Caballero Sánchez
Israel Jacinto Lugardo
Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
Jonas Trujillo González
Jorge Álvarez Nava
Jorge Aníbal Cruz Mendoza
Jorge Antonio Tizapa Legideño
Jorge Luis González Parral
José Ángel Campos Cantor
José Ángel Navarrete González
José Eduardo Bartolo Tlatempa
José Luis Luna Torres
Jhosivani Guerrero de la Cruz
Julio César López Patolzin
Leonel Castro Abarca
Luis Ángel Abarca Carrillo
Luis Ángel Francisco Arzola
Magdaleno Rubén Lauro Villegas
Marcial Pablo Baranda
Marco Antonio Gómez Molina
Martín Getsemany Sánchez García
Mauricio Ortega Valerio
Miguel Ángel Hernández Martínez
Miguel Ángel Mendoza Zacarías
Saúl Bruno García
Y además:
Los 560 estudiantes que nos encontramos todavía firmes y de pie en nuestra combativa Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Gro.
Queremos decirles, muchas gracias. Que aunque pequeña, nuestra luz será una forma de abrazar a quienes hoy hacen falta y a quienes su ausencia duele. Que esa luz muestre que no estamos solos en el dolor y en la rabia que visten los suelos del México de abajo.
Y no con palabras abrazamos a nuestros compañeros, a los que de noche se cargaron a la espalda la mochila y la historia, a los que tomaron con las manos el relámpago y el trueno, a los que se calzaron las botas sin futuro, a los que se cubrieron el rostro y el nombre, a los que, sin esperar nada a cambio, en la larga noche murieron para que otros, todos, todas, en una mañana por venir aún, puedan ver el día como hay que hacerlo, es decir, de frente, de pie y con la mirada y el corazón erguidos.
Para ellos ni biografías ni museos.
Para ellos nuestra memoria y rebeldía.
Para ellos nuestro grito:
¡Justicia! ¡Justicia! ¡JUSTICIA!
¡¡¡ VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!!!
Desde la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Gro.
ATENTAMENTE
Comité Ejecutivo Estudiantil “Ricardo Flores Magón”
P.D.: Por cierto, “Ayotzinapa” significa lugar de tortugas, por tal razón nuestra mascota es una tortuga, de hecho los meses lluviosos siempre suelen andar por los pasillos mordiendo los pies de uno que otro despistado. Jejeje J
P.D. 2: Recibimos los $118, 331.50/100 (ciento dieciocho mil, trescientos treinta y un pesos, con cincuenta centavos). Sabemos de la compra de una computadora con un costo de $17,600.00 pesos para nuestro vocero Omar García lo cual les agradecemos. Los compañeros de H.I.J.O.S. nos hicieron el favor de entregarnos $78,357.50 pesos la primera vez y $22,374.00 pesos una segunda vez el 2 de mayo.
P.D. 3: Hágannos el favor de leer esta carta a cuantas personas puedan allá en Canadá.