Se presenta el Mecanismo Especia de Seguimiento ante las familias de los normalistas; les explican que las recomendaciones del GIEI guiarán su trabajo.
Mientras que las familias de los normalistas ejecutados, desaparecidos y heridos en Iguala el 26 de septiembre de 2014 manifestaron la esperanza que les trae la puesta en marcha del Mecanismo Especial de Seguimiento para el caso, los integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ratificaron que es una obligación del Estado dar con el paradero de los estudiantes y advirtieron que los resultados de la investigación deben ser “sustantivos” y no trámites administrativos.
En la primera visita del mecanismo a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el comisionado Enrique Gil Botero, relator para México de la CIDH y quien coordinará el mecanismo, sostuvo que “es conmovedor estar aquí. Nos mueve el corazón para encontrar la verdad y la justicia”.
En punto de las 11:30 horas, las y los integrantes de la CIDH arribaron a las instalaciones de la Normal, donde fueron recibidos por las madres y los padres de los 43 estudiantes desaparecidos.
Las palabras de bienvenida corrieron a cargo de un representante del Comité Estudiantil, quien denunció que el gobierno se empeña en ocultar líneas de investigación y pidió que el caso se “descoculice”.
A nombre de las familias, Blanca Luz Nava Vélez, madre de Jorge Álvarez Nava, agradeció que la CIDH no les deje solos porque “es mucho el dolor y la desesperanza” y sostuvo que el arranque de trabajos del mecanismo les ayuda a seguir adelante. Por su parte, Maximino Hernández Cruz, padre de Carlos Lorenzo Hernández, valoró positivamente que continúen las investigaciones.
Tras una reunión privada de más de dos horas entre los integrantes del mecanismo y las familias de los normalistas, el comisionado Gil Botero explicó en conferencia de prensa que la parte toral de su trabajo será monitorear las investigaciones de acuerdo con lo marcado en las recomendaciones del Grupo Interdisciplinar de Expertos Independientes (GIEI).
El mecanismo tendrá cuatro grandes ejes: monitorear el avance de la investigación; asesorar y apoyar el proceso de búsqueda de los jóvenes desaparecidos; asegurar la atención integral a las víctimas y sus familiares e impulsar las medidas estructurales para evitar la repetición de hechos similares.
El plan de trabajo presentado por los integrantes del mecanismo abarca hasta noviembre de 2017, incluyendo visitas oficiales periódicas de los comisionados además de las visitas técnicas de los cinco asesores, aunque sus tareas deberán seguir hasta dar con el paradero de los jóvenes.