Desaparición Después de 6 años, los restos de Porfirio fueron entregados a su familia Chilpancingo de los Bravo, Guerrero, a 21 de enero de 2025. Después de 6 años doña Austreberta recibió los restos de su esposo Porfirio Barrera Díaz por la Fiscalía General de Guerrero, quien desapareció desde el 7 de enero del 2019. La integrante del colectivo Luciérnaga de Tlapa manifestó que el proceso de recibir los restos de su esposo fue muy largo, a pesar de que tres meses después de la desaparición de su esposo Porfirio, el 9 de abril de ese mismo año, fueron encontrados 49 restos óseos en un lugar conocido como Siete Cuervos, cerca de la salida de la carretera Tlapa-Tlatzala. “Es un estado emocional para mí que no lo puedo creer. Todos esperamos encontrar a nuestro familiar vivo. Desafortunadamente no fue así, pero al menos sus hijos, su hija y yo, podremos verlo regresar, no como quisiéramos, pero le vamos a dar cristiana sepultura. Es un proceso muy largo, doloroso”, mencionó con suma tristeza doña Austreberta. También se quejó de los obstáculos y la poca ayuda que hay por parte de las instituciones de gobierno al momento de realizar las búsquedas. “Hemos ido a las búsquedas y nadie nos quiere prestar una máquina. La última vez, recuerdo, fuimos a buscar por la salida a Xalatzala, nos iban a prestar dos máquinas, pero nunca llegaron, las mandaron traer hasta Chilpancingo. Y es un desgaste muy grande, ojalá nuestra presidenta Claudia Sheinbaum nos voltee a ver a todos los que tuvimos la desgracia de perder a un familiar, y que algún día tengamos más apoyo en las búsquedas. Tlachinollan es la única institución que hasta el momento nos ha apoyado, que nos da acompañamiento como en este caso, ellos están aquí conmigo y entiendo a mis compañeras, la mayoría somos mujeres, hombres es muy raro, sí acuden, pero las mujeres estamos más presentes. Una vez a una compañera le decía vamos a las búsquedas. No, Berta, no puedo, tengo que ir a trabajar. Llegó un momento en que también dije tengo que trabajar, y ya no me fue posible venir. Es desesperante no tener dónde dejar a mi hija que en ese tiempo tenía 7 años, y luego vino lo del covid y aquí no te permiten tener una menor”. Lo peor para las familias del colectivo Luciérnaga es que “es un calvario venir a la fiscalía. Este año ya me había resignado, cuando me dan la noticia y hasta el momento no lo puedo asimilar. Cada vez que encontraban un cuerpo acudíamos a ver quién es, y nada más nos decían es que ya se trasladó a Chilpancingo, y ahí venimos. Ya se habían cansado las personas que trabajan acá de vernos a cada rato”, relató doña Austreberta. El colectivo Luciérnaga de Tlapa está integrado por más de 40 familias indígenas de la región de la Montaña. Se creó a partir de la desaparición del defensor indígena Arnulfo Cerón Soriano el 11 de octubre del 2019. “A partir de ello se inició una búsqueda, y a raíz de eso la gente empezó a acercarse con nosotros en el Centro de Derechos Humanos con la misma situación de sus familiares desaparecidos. A la fecha tenemos un registro del 2016 al 2024 de más de 50 casos de víctimas de desaparición, entre mujeres, niñas, hombres y gente de la tercera edad. De estos casos, con las búsquedas se lograron encontrar en la colonia Contlalco de Tlapa como a cinco personas, entre ellos una familia de cuatro, que es un niño, la mamá, el esposo y el abuelo. De las entregas dignas que se han realizado, dos víctimas han sido identificadas a través de los estudios que realiza la coordinación de periciales”, declaró la abogada que acompaña el colectivo, Neil Arias Vitinio. Entre las 50 personas desaparecidas mencionó que aproximadamente de 13 a 14 son mujeres y niñas. Hay dos menores de edad, una niña de 5 años de una familia de Atlamajac, que es un poblado que pertenece a Tlapa, donde desaparecieron a la mamá, hija y abuela, y otra del municipio de Zapotitlán Tablas donde desaparecieron a la mamá y su hija de 12 años. Solamente es el registro que tenemos nosotros porque hay muchos familiares que no pusieron denuncia, o por temor y por la situación de inseguridad que se vive en la región. Desde el 2016 operaba en Tlapa un grupo de la delincuencia organizada que es el que se encargaba de desaparecer a plena luz del día, de ejecutar personas, secuestrarlas. Hubo mucho incremento en los casos de desapariciones, aumentó el nivel de inseguridad”. De acuerdo con el colectivo Luciérnaga, las madres y esposas que buscan a sus familiares han hecho búsquedas “en todo Tlapa, en la colonia Contlalco, en las orillas de Xalatzala, Tlatzala y llegamos hasta Atlamajalcingo del Monte”. En estas búsquedas se han recuperado más de 113 restos que hasta el momento no se han procesado, ni se ha informado a los familiares sobre tres personas que ya han sido identificadas. “Venimos el año pasado por otra persona identificada que fue de seis años. Las familias tienen que esperar seis años. Por eso se tiene que hacer un trabajo más diligente, tanto de los ministerios públicos como periciales, que, por supuesto, periciales no tiene nada que ver con la investigación, pero sí hay números de carpetas y se tienen que coordinar con los ministerios públicos, y como a los ministerios públicos los cambian los mismos fiscales se pierde toda una línea de investigación que se tiene que hacer”, mencionó la abogada. Asimismo, Neil Arias señaló que para las familias el proceso de identificar a sus seres queridos es muy desgastante. “El grave problema es toda esa crisis que ha tenido periciales y los ministerios públicos en el tema de investigación, no se hizo un trabajo eficiente. En el tema de identificaciones, como fueron muchos años de pandemia, no hubo nada de trabajo, y lo otro es que los restos que se encontraban allá [en la Montaña] los mandaban acá [Chilpancingo], pero estaban en lugar indeterminado, o sea, no saben quién los iba a procesar, se abrían carpetas, muchos indicios se quedaron en la Montaña, no fueron remitidos y por eso no se podía hacer análisis de esos restos”. “En el caso de doña Berta se han venido a hacer reuniones, se han realizado carpetas y se ha dicho dónde se encuentran esos indicios. Realmente ni los de aquí de Chilpancingo saben dónde están los indicios y en Tlapa también los pierden. Y entonces es un grave problema que vemos en la Montaña. Ahorita venimos a Chilpancingo porque es aquí el lugar donde se tienen que venir a recoger los restos, los cuerpos de las personas”, dijo la abogada. Agregó que el proceso de identificación forense es tardado porque intervienen varias disciplinas como odontología, antropología, genética, forense, “y de pronto solamente tienen recursos para un estudio, pero no tienen para otro. Eso dilata bastante todo este procedimiento. En el caso de Austreberta lograron tomar muestras a sus hijos, a través de esos estudios se pudo hacer la confronta, pero en otros casos que hay en la Montaña no se puede porque muchos de los desaparecidos viven en poblaciones indígenas que se fueron a vivir a Tlapa, y para ellos es más difícil tener que venir hasta Chilpancingo para la toma de muestras”. Para la abogada Neil Arias “si tuvieran más cuidado las autoridades, de todos los restos que han encontrado en diferentes búsquedas, ya podrían hacer estos estudios de confronta, hacer las comparaciones tanto de las carpetas de investigación como de los hallazgos. Pero en este caso, se empezaron a hacer las búsquedas del colectivo que fueron desde noviembre del 2019 hasta el 2024, y se han encontrado restos óseos que la fiscalía de Tlapa hace el trabajo de levantarlos. Van los peritos de la fiscalía y abren carpetas de investigación. Pero de esos restos que han encontrado, al colectivo Luciérnaga no le han notificado si ya han hecho identificaciones forenses. Ellos no saben si dentro de todos estos restos están sus familiares”. Lo más preocupante para las familias del colectivo y la abogada que las acompaña es el tema de la investigación “porque estos restos se encuentran después de varios meses, pero por las condiciones en que son encontrados ya no es posible determinar causas de muerte, ni temporalidad. En este caso va a ser una muerte indeterminada, no vamos a tener precisión y la familia se queda con esas incógnitas de no saber de qué murió su familiar ni si la muerte violenta ocurrió al día siguiente, dos o tres días después”. “Nosotros por eso hicimos una conclusión de que su muerte pudo haber ocurrido uno, dos o tres días posteriores, pero más bien por las condiciones en que dejan los cuerpos, la fauna y el ambiente propician que los cuerpos queden en esas condiciones. No encuentran los cuerpos completos, encontraron 49 restos, pero son de diferentes personas porque son más de tres cráneos, no sabemos a quiénes pertenecen, eso ya es un tema de investigación”. A pesar de que la familia de Porfirio Barrera y su esposa Austreberta recibieron sus restos, la tranquilidad queda incompleta por la falta de atención y cuidado de las instituciones encargadas de la identificación e investigación. “Esperemos que algún día cambie todo este sistema. Nosotros como familiares y con mis compañeras hemos venido a preguntar. En ese tiempo, en Tlapa se vivió mucha violencia, hay muchos desaparecidos, pero el problema también está acá que no nos hacen caso. Creo que por la presión que Tlachinollan hizo fue posible que ahora mi compañero esté de regreso. Él va a descansar en paz gracias a Dios y a todas las personas que intervinieron. Yo antes pensaba que sólo en una película lo veía, que todo eso pasaba en las películas de ficción, de terror, pero nos pasó a nosotros. Yo tengo una niña actualmente de 12 años, pero él tuvo anteriormente tres hijos, y ellos también van a estar tranquilos de saber que su papá está de regreso”. Share This Previous ArticleSiglos de espera No Newer Articles 3 horas ago