Este martes 15 de noviembre la Normal Rural de Ayotzinapa tendrá nuevamente la ilustre visita de una representación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con la presencia de la Comisionada para México Esmeralda Arozamena y Tania Reneaum, secretaria ejecutiva de la CIDH. Su visita es muy oportuna y significativa, porque llegan para estar junto a las madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos; para afianzar los lazos de solidaridad y amistad que han cultivado durante 8 años. Vienen a patentizarles que no están solas ni solos, sino que cuentan con todo el respaldo de la Comisión Interamericana. Es un encuentro que renueva su compromiso de mantener viva la esperanza de dar con el paradero de los 43 jóvenes.
Llegan en un momento difícil, por el informe que presentó Alejandro Encinas presidente de la CoVAJ donde difundió información muy sensible sin verificar la veracidad de las fuentes. Impactó fuertemente en el ánimo de las madres y padres que no fueron informados previamente sobre el contenido de las capturas de pantalla, que son sumamente dolorosas. Hay varios datos que presentan serias inconsistencias como lo corroboró el GIEI con el apoyo de varios peritos. Es grave porque son acusaciones débiles pero que además causan gran daño a las familias por el impacto mediático que causan. Esta situación ha generado incertidumbre, dolor, mucho pesar y temor de que las investigaciones queden truncas por la salida de dos integrantes del GIEI. La visita de la CIDH viene a darle un gran impulso a la lucha incansable de las familias y de los mismos estudiantes que han mantenido en alto la bandera de los 43.
El papel que ha desempeñado la CIDH en el caso Ayotzinapa ha sido determinante. En el momento que tuvo conocimiento formal de la desaparición de los 43 estudiantes, la Comisión adoptó la medida cautelar 409/14, en la que solicitó el Estado Mexicano tomar medidas para la búsqueda de los estudiantes, pidió celeridad en las investigaciones y garantizar la atención de las víctimas. Ante la solicitud de las madres y padres con el apoyo de sus representantes legales de que se proporcionara asistencia técnica internacional, la CIDH creo el Grupo Interdisciplinario de expertos independientes (GIEI) para apoyar en las investigaciones, impulsar las búsquedas y la atención a las víctimas. También creo el Mecanismo Especial de seguimiento al asunto Ayotzinapa (MESA) que por un tiempo logró instalarse un equipo en la ciudad de México.
Para la CIDH ha representado un gran avance la instalación de la Comisión Presidencial para el Acceso a la Verdad y Justicia en el caso Ayotzinapa (CoVAJ) con la finalidad de articular esfuerzos institucionales de las dependencias del ejecutivo federal y otros poderes del estado en coordinación con las familias y sus representantes legales. También considera un gran acierto el establecimiento de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa (UEILCA) dependiente de la Fiscalía General de la República (FGR) como una instancia responsable de la investigación sobre el caso Ayotzinapa.
A pesar de estos esfuerzos en la investigación y búsqueda de los 43 estudiantes, para la CIDH es preocupante que ha 8 años de su desaparición forzada no se tengan avances sobre su paradero. Sobre todo en un momento en que la UEILCA está siendo objeto de desplazamiento en sus funciones ministeriales relacionadas con el caso Ayotzinapa. Lo más grave es que otras unidades fiscales de la FGR ajenas a la investigación, han judicializado carpetas de investigación relacionadas con los hechos del 26 y 27 de septiembre. Además, se atrevieron a solicitar la cancelación de varias órdenes de aprehensión contra miembros del ejército y exfuncionarios del estado de Guerrero, siendo personal ajeno a la UEILCA. Se propusieron desacreditar el trabajo del fiscal Omar Trejo al ordenar una auditoría para mostrar que había actuaciones irregulares en su administración. El personal policial que tenía asignado para la investigación y judicialización de nuevos cargos se los quitaron. Ante la embestida del fiscal general no tuvo otra opción que renunciar y cargar con e estigma de que se opuso a armar el caso de Murillo Karam, porque lo tendría que elaborar de manera precipitada.
Ante esta situación la CIDH hizo un llamado al Estado Mexicano a garantizar la independencia y operación de la UEILCA sin interferencias, así como evitar cualquier intromisión que afecte sus labores a fin de proteger la integridad de la investigación. Reitera que la institucionalidad que se creo para avanzar en el caso Ayotzinapa requiere nuevas acciones que estén enfocadas hacia la centralidad de las víctimas. Considera que es muy importante recuperar la periodicidad de las reuniones de la COVAJ con las familias, con la UIELCA y el GIEI y compartir toda la información que sea relevante para las investigaciones.
Con motivo de los 8 años de los acontecimientos atroces, la CIDH reafirmó su compromiso y solidaridad con las víctimas y sus familiares en su lucha por la verdad y la justicia, que seguirá a demás acompañando. Asimismo, manifestó que continuará desplegando todos sus esfuerzos institucionales, para dar seguimiento al desarrollo de las investigaciones y al cumplimiento de la medida cautelar 409/14, hasta dar con el paradero de los 43 estudiantes y conocer la verdad de los hechos.
La centralidad de las víctimas es un tema clave en la lucha por la verdad y la justicia. La palabra de hombres y mujeres que están en busca de sus seres queridos ha sido invisibilizada. Se les relega de los asuntos prioritarios y se postergan las respuestas de las autoridades. Se ha normalizado la violencia y los casos de desapariciones se han trivializado. Son las madres, los padres y demás familiares quienes se encargan de mantener viva su memoria, de ejercer presión pública para ser atendidos. Las investigaciones no caminan si no hay aportes de las familias que se encargan de indagar los hechos de su desaparición. Los avances se logran con la persistencia y tenacidad de la gente que no está dispuesta a que el expediente se mantenga archivado.
Es de suma importancia que una representación de la CIDH visite la Normal de Ayotzinapa, manda un mensaje muy importante a las autoridades mexicanas que se tiene que atender y escuchar el clamor de justicia de las madres y padres de los 43. Es un ejemplo señero de lo que deben de hacer las autoridades, de estar al lado de quienes en todo momento luchan por sus seres queridos. Que no descansan con tal de tener un atisbo de luz que los guie por el sendero de la verdad. Su presencia viene a infundirles fuerza y a focalizar su atención a nivel internacional. Son un caso paradigmático para el sistema interamericano, por todas las implicaciones jurídicas y políticas que conlleva el caso.
Gracias a su apoyo incondicional se logró que el GIEI realizara 4 informes que ayudaron a desmontar las mentiras de la verdad histórica y a señalar las inconsistencias técnicas del informe de la COVAJ. Para las madres y los padres el GIEI se transformo en su baluarte, en el principal aliado que le ayudó a desentrañar las redes de complicidad que existen entre el crimen organizado y las corporaciones policiales, el ejército y la marina. Les proporcionó información veraz, accesible, oportuna y precisa sobre los resultados de las investigaciones. Se ganaron la confianza y reafirmaron sus sospechas e hipótesis que tenían. De que el ejército participó en la desaparición de sus hijos y que varios de ellos saben a dónde se los llevaron.
La presencia de la CIDH en Ayotzinapa es una garantía de que estará muy pendiente en los trabajos de búsqueda que siguen realizándose y que le darán seguimientos a las investigaciones, para que no se estanquen ni mucho menos pierdan el rumbo. Que más bien se consoliden las líneas de investigación, que se ejecuten las órdenes de aprehensión que ya había solicitado la UEILCA y que el ejército facilite la información que le ha requerido el GIEI.
Será muy importante el mensaje de la CIDH, su balance será muy iluminador, nos ayudará a ubicar que oportunidades tenemos para avanzar y que necesitamos impulsar más. Lo más valioso es que existen las madres y padres de los 43 que están dispuestos a todo. No hay limites ni temor alguno para enfrentar los grandes desafíos. Se mantienen firmes en su lucha y cuentan con el apoyo de los estudiantes que son el motor de las movilizaciones y acciones globales. Esperamos que puedan también incidir con el presidente de la república para que atienda los planteamientos de las familias y brinde todo el apoyo para que no se obstruyan las investigaciones y que s ejecuten todas las órdenes de aprehensión que están pendientes.
Para las autoridades de Guerrero, la presencia de la comisionada de la CIDH y su equipo de trabajo son un gran ejemplo de cómo se debe privilegiar la atención a las víctimas. El lugar prominente que deben ocupar para resolver las graves violaciones a los derechos humanos. En nuestro estado los funcionarios tienen mucho que aprender de las personas que luchan por la verdad y la justicia en condiciones sumamente deplorables. Son gentes del campo y de la ciudad, que no tienen un trabajo seguro, que luchan con denuedo, que tienen principios y dignidad, sin embargo, son ignorados por los políticos. No velan por sus derechos y mucho menos se solidarizan con su causa.
Gracias a la gente generosa que viene de la CIDH, la gente de Guerrero no pierde la esperanza de encontrar a sus seres queridos y de que se castigue a los responsables de estos crímenes atroces.