El 26 de febrero del 2023, desaparecieron en Temaxcalapa, municipio de Taxco, a Miguel Huerta Torres, un servidor de la nación, quien tenía una gran presencia en la región. Su caso fue desatendido por las autoridades dejando que los perpetradores actuarán a sus anchas. Por su parte, el delegado de los programas del bienestar, Iván Hernández Díaz actúo como un funcionario soberbio e insensible. Llegó a decir “lo desaparecieron fuera del horario de trabajo”. No le importó atender con prontitud el caso, ni se sintió interpelado al tratarse de la desaparición de un compañero. Se mantuvo ajeno al drama familiar y mucho menos se involucró para pedir a la fiscalía que se avocara a la investigación y búsqueda de Miguel.
Ese día participaba en una reunión dentro de la comisaria. Alrededor de las 6 de la tarde, entraron sin pedir permiso dos personas armadas, un hombre y una mujer. Se dirigieron donde se encontraba Miguel Huerta. Lo sacaron del lugar junto con la señora Lucía Lagunas y su hijo Edgar Moreno. La gente de la comunidad quedó azorada, sin poder reaccionar en el momento. Después de 4 horas solo regresaron Lucía y Edgar. Ante el temor de que algo grave les pudiera pasar, la mamá y su hijo han guardado silencio.
La familia de Miguel está desesperada porque no hay avances en las investigaciones ni indicios de su paradero. Se sienten abandonados por las autoridades. Lo que más les duele es que de nada sirvió el compromiso que tenía Miguel con la gente, para que pudiera acceder a los programas federales. Su liderazgo lo puso al servicio de la secretaría del bienestar y actuó con la mística que debe seguir todo servidor de la nación. Lo que constataron fue indolencia y desprecio de las autoridades. Mas bien hay molestia porque su familia y algunos de sus compañeras y compañeros se han manifestado públicamente para que su caso sea atendido. A pesar de que el presidente de la república supo del caso en su visita a Guerrero, Miguel sigue desaparecido.
En un mitin que encabezó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en el zócalo de la Ciudad de México le entregaron una lona con la información de la desaparición de Miguel Huerta. En el mitin sus compañeros se toparon con la gobernadora Evelyn Salgado, leyó el contenido de la lona y su única señal de solidaridad fue alzar su dedo pulgar. La indiferencia es atroz.
El crimen organizado ha tomado el control de la ciudad de Taxco. Lo demostró con las amenazas que lanzó a la población en general y de manera específica a los trabajadores del transporte público. Ante la ausencia de las autoridades y la inacción de los cuerpos de seguridad estatal y de la guardia nacional, las unidades de transporte dejaron de circular Los transportistas por falta de seguridad. Las escuelas y colegios suspendieron clases y una gran parte de los comercios cerraron sus puertas. Las calles quedaron vacías y mientras los amos y señores de la ciudad se desplazaban armados en sus vehículos, alardeando de su poder. De las amenazas pasaron a las acciones: asesinaron a un chofer de ruta e hirieron a una pasajera. La ciudad quedó paralizada y desolada y las autoridades del estado cada vez más alejadas de las tragedias de la población. El miedo y la impotencia de no poder revertir esta escalada de la violencia por la indolencia de las autoridades y su complicidad con los grupos del crimen organizado, ha llevado a la población a protestar y resistir cerrando sus comercios y dejando de circular las unidades de servicio público. A pesar de las pérdidas económicas y alejamiento del turismo prefieren guardarse en sus casas y estar en alerta ante cualquier situación de riesgo.
En el mes de diciembre un comando armado secuestró a 12 trabajadores del servicio de limpia, que llegó a la unidad de transferencia de residuos sólidos para llevarse a 5 trabajadores, entre ellos a 3 mujeres. Fueron también al relleno sanitario donde secuestraron aa la directora, un chofer y 5 trabajadores. El 8 deenero de este año la fiscalía general del estado informó que habían localizado a 4 trabajadores. Hasta la fecha las autoridades no han informado sobre los avances de las búsquedas de los 8 que siguen desaparecidos.
En el 2023 los penitentes de Taxco que participan en la procesión del silencio en semana santa, también padecieron la amenaza del crimen organizado. Les exigían cuota y los condicionaban a que compraran los rollos de varas de zarzamora y las cruces con gente vinculada a su organización. Para contener esta intromisión de los delincuentes tuvo que intervenir el obispo de la diócesis de Chilpancingo Chilapa. La oración y los flagelos que se aplican los penitentes son ahora para pedir que haya seguridad y paz en Taxco. Para que los jóvenes no sean presa fácil de la delincuencia. Al final la iglesia logró que no se interrumpieran los actos litúrgicos. La amenaza sigue latente porque las organizaciones criminales nadie se puede escapar de pagar cuota.
El municipio de Taxco solo cuenta con 32 policías municipales y tiene un déficit de 300 elementos. La ciudad no cuenta con seguridad propia, son los policías estatales los que vienen a cubrir este vació. Su presencia no garantiza seguridad a la población porque es evidente que quienes tienen el control de la ciudad son los grupos del crimen organizado.
El mismo presidente municipal Mario Figueroa Mundo, fue víctima de un ataque a balazos el pasado 15 de febrero cuando se trasladaba en su camioneta blindada. La primera versión de los hechos la dio la secretaría de seguridad pública que refería a un asalto a una pollería. Al momento de emprender la huida los asaltantes se encontraron con la camioneta del presidente. De inmediato dispararon a la camioneta lo que provocó las respuestas de sus escoltas, dejado como saldo un asaltante muerto y un escolta herido. Posteriormente el mismo presidente declaró a los medios que en realidad se trató de un atentado contra su persona. Imágenes que circularon en redes sociales muestran una camioneta Suburban atravesada en la carretera con un impacto en la parte de enfrente. Aparece también una persona tirada bocabajo con una playera de color verde. Es el joven que perdió la vida.
La situación de Taxco es grave por las flaquezas del presidente que sale de viaje a Europa, supuestamente para promover la ciudad turística de Taxco, describiendo sus encantos y bondades y minimizando el hondo problema de la violencia. Está rebasado por el crimen organizado y un amplio sector de la población comparte la idea de que está coludido con los grupos que delinquen.
A nivel estatal la gente no siente el apoyo decidido de las autoridades. La gobernadora está ausente en momentos críticos. Su eslogan de trabajar en el territorio y no en el escritorio sólo fue una rima que nada tiene que ver con la realidad. El año pasado anunció con bombo y platillo, en presencia del entonces subsecretario Alejandro Encinas, “el protocolo Violeta, cada minuto cuenta” como un mecanismo integral que busca prevenir, atender y erradicar la violencia hacia las mujeres. En su primera etapa mejoraría el protocolo Alba, que se activa en casos de desaparición de niñas jóvenes y mujeres. Está alerta estaría enlazada a la línea de auxilio 911 y sería coordinada por la secretaría de la mujer y seguridad pública. Comentó que en el momento en que se reportara la desaparición de una persona de sexo femenino, las autoridades se avocarían a buscar a la persona, enseguida los servicios de seguridad coordinarían las acciones de atención y búsqueda inmediata de la víctima. La búsqueda iría acompañada por una campaña de difusión de la ficha de la víctima en todos los canales con que cuenta el gobierno estatal y sus instituciones.
En una segunda etapa se pondrá en marcha el uso de una aplicación móvil, que será como botón de emergencia para las mujeres en situación de peligro. La tercera etapa se basará en definir espacios seguros, como el transporte público, donde se buscará que las mujeres sean conductoras de taxis y urvans para el uso exclusivo de este género. El ex subsecretario de gobernación federal aplaudió esa iniciativa porque era un trabajo sin simulación, que mostraba el compromiso de la gobernadora de enfrentar el flagelo de la violencia contra las mujeres.
Lamentablemente en la desaparición de la niña Camila, el protocolo Violeta fue letra muerta. Ninguna autoridad respondió, a pesar de que su mamá acudió al ministerio público a denunciar la desaparición de su hija. A las autoridades ministeriales no les importó la gravedad del caso, sobre todo que se trataba de una menor. Fue la misma mamá que se desplazó hasta Iguala para que iniciara la carpeta de investigación por secuestro, sin activar los protocolos de búsqueda, a pesar que la familia tenía datos y pruebas del lugar donde entró la niña y de las personas que probablemente estaban involucradas en la desaparición de Camila. Las autoridades dejaron que la situación se complicara por su indolencia y menosprecio a las víctimas. Ningún funcionario municipal, ni estatal asumió la desaparición de Camila como un asunto de máxima prioridad. Su inacción, su indiferencia y descoordinación permitieron que fuera la gente que ha acumulado mucho coraje la que se encargara de entrar por la fuerza a la vivienda donde sacaron a los supuestos autores de la desaparición y asesinato de Camila. Ante la inoperancia del sistema de justicia del estado la rabia de mucha gente la descargaron contra una mujer y dos de sus hijos. Hubo permiso para matar y en eso las autoridades del estado no están libres de culpa. Son parte del problema de la violencia y la inseguridad que se padece en Taxco.