No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

Familiares de la niña Carmen Rodríguez Castro no han podido localizarla desde el huracán Otis en Acapulco

Familiares de la niña Carmen Rodríguez Castro no han podido localizarla desde el huracán Otis en Acapulco

Familiares de la niña na savi Carmen Rodríguez Castro de 17 años, originaria de la comunidad La Concordia, del nuevo municipio Ñu’u Savi de Coapinola, Guerrero, no han podido localizarla desde que pasó el huracán Otis en el puerto de Acapulco. “La hemos estado llamando, pero su teléfono manda a buzón. Le seguimos mandando mensajes por whatsapp, sin embargo, no hay respuesta. La preocupación es enorme porque ya son varios días sin comunicación, sin saber nada de ella. Lo que más nos destroza el alma es que las personas que están apoyando en Acapulco nos dicen que se están encontrando varias personas bajo los escombros”, comenta la tía Eustolia Castro, viuda de la masacre de El Charco.

La niña Carmen no cuenta con documentos oficiales. Lo único que tiene es una foto que se tomó el pasado 17 de octubre porque cumplió años, donde se percibe de tez morena, ojos chicos de color negro, blusa morada, pantalón de mezclilla azul con flores y tenis negro. Así lucía el día de sus cumpleaños que le organizó la familia con quienes trabaja en las labores domésticas y cuida a un niño. Si alguien tiene mayor información puede comunicarse a los teléfonos siguientes: 7451266360 y 7451087713.

Desde los 15 años trabaja con una familia en Piedra Roja, frente a El Coloso, Acapulco. Dejó su comunidad en busca de trabajo para apoyar a sus padres en los gastos de su casa. “La verdad es que la esperanza que tienen sus papás para ir comiendo es la cosecha de la milpa, frijol y calabaza, pero con el huracán Otis el viento arrasó, en menor medida, con la milpa”, dice una de sus tías de Carmen que recientemente viajó a Ayutla de los Libres. Carmen es la mayor de tres hermanas. Las más pequeñas dependen del dinero que le pagan a Carmen.

“Mi sobrina Carmen quería estudiar belleza. Sus patrones le iban a buscar la manera de cómo inscribirla en una escuela. Estaba contenta. A pesar de que su mamá le pareció bien, también necesitaban del dinero porque como es la más grande les ayudaba para el estudio de sus dos hermanitas. Por eso no estudió este año, más bien, se estaban preparando para que empezara sus estudios el año que viene”, afirma su tía Eustolia.

“Tenemos la esperanza de que en cualquier rato vamos a tener comunicación con ella. Estoy alarmada porque los muertos siguen apareciendo en Acapulco, y mi hermana ni siquiera sabe qué pasó porque llevan días que en la comunidad no hay luz. En todas las temporadas de lluvia la luz se apaga, pero esta vez nos dejó casi en la oscuridad. Lo único que queremos es saber dónde está mi sobrina”, dice doña Eustolia.

Los familiares de la niña indígena Carmen Rodríguez Castro están sumamente preocupados y por eso piden a las personas, a los habitantes de Acapulco y al pueblo en general de Guerrero, brindar información a los números telefónicos que se refieren en líneas arriba. Es complicado porque en algunas colonias periféricas de la bahía de Acapulco siguen sin luz y sin señal de internet. Esperan alguna noticia de Carmen, pero los segundos y las horas se hacen más pesadas.

Foto: especial

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