Familias na savi de las comunidades Vicente Guerrero, Lagunilla Yucutuni, El Paraíso, Buena Vista y Llano de Nopal, del municipio de Metlatonoc, Guerrero, se quedaron sin casas y sin alimentos tras el paso del huracán John. Las fuertes lluvias del 23 al 29 de septiembre del 2024 dejaron los caminos destruidos, dejando incomunicadas a las familias y con la desesperanza.
No han podido entrar ni salir de las comunidades para abastecerse de productos de la canasta básica y medicamentos para los enfermos. La brecha que comunica a estos pueblos quedó totalmente trozada.
“Este es mi hogar, pero por los fuertes vientos que ocasionó el huracán se cayeron las tejas del techo. Vivo con mis hijos y no tenemos donde resguardarnos. Entró mucha agua y tuvimos que buscar otro espacio donde no nos mojemos. Por eso le pedimos al gobierno de qué forma nos puede ayudar para no sigamos fuera de nuestras casas”, señaló una vecina de la comunidad de Vicente Guerrero.
Los derrumbes, la caída de cables de luz, casas cuarteadas y falta de alimento es la emergencia de cinco comunidades. La precariedad de las familias es enorme desde antes del huracán. Sin embargo, en momentos de desastre sale a relucir la pobreza en la que se encuentra la gente.
La única brecha de terracería con la que estas comunidades se mantienen comunicadas con Tlapa se deslavó y ahora no han podido comprar sus víveres. Las milpas, la principal actividad de subsistencia, quedaron dobladas y otras más enterradas en la tierra. También la tubería del agua potable sufrió daños. La desesperación con los días crece “porque no hay ayuda por parte del gobierno municipal estatal y federal”.
Lo más grave es que hay enfermos que no pueden bajar por sus medicamentos, ni para atenderse en Tlapa. Las dependencias de salud están lejos para atender los problemas de los ciudadanos y ciudadanas.
La exigencia es que con urgencia necesitan maquinaria pesada para que abra el camino y a la CFE para que reinstale la luz porque desde hace 12 días están en la oscuridad.
“Le exigimos a los tres niveles de gobierno que nos apoye. Tenemos esperanzas de que nos atiendan como damnificados. No podemos bajar a Tlapa a surtir la canasta básica, no tenemos donde dormirnos, estamos a la intemperie”, señaló otra señora de la tercera edad.