Melani una mujer originaria de Hermosillo, Sonora, de 25 años de edad. Fue la primera de cuatro hijos que tuvieron los Señores Martín Iván Ibarra Talamantes y Jovita Celina López López. Era una niña alegre que siempre procuraba cuidar de sus hermanos menores. Su sueño era ser ingeniera en minas. En el año 2015 estaba estudiando el primer año de la carrera en ese tiempo conoció a José Luis Martínez Rodríguez un piloto aviador de la fuerza aérea, joven, con grado de teniente de quién se enamoró y decidió casarse con él.
Por el trabajo de José Luis se fueron a vivir al puerto de Acapulco, rentaban un departamento en la unidad habitacional Canta Luna en la Colonia el Pedregoso. Se dedicó al cuidado de la casa y a procurar a su esposo y en seguida tuvo un niño. Ella creyó que el pequeño consolidaría su matrimonio, pero no. A medida que pasaba el tiempo José Luis fue cambiando. Cada vez se volvía un hombre machista, posesivo, controlador, narcisista y violento que a menudo la agredía física y psicológicamente.
La madrugada del 28 de noviembre del año 2017, Melani se encontraba con su esposo en la recámara principal del segundo piso del departamento, este la empezó a maltratar, la discusión subió de tono, la tomó de los cabellos y azotó contra la puerta, después la tiró al piso ahorcándola con ambas manos hasta provocarle ruptura del hueso hioide y asfixia perdiendo la vida. José Luis la llevó a las escaleras que dan al primer piso, dejando el cuerpo en los escalones para simular una caída accidental, horas más tarde pidió ayuda. Cuando los médicos revisaron el cuerpo presentaba rigidez por que llevaba varias horas de muerta.
El esposo trató de borrar toda evidencia que lo incriminara. Impidió que las autoridades ingresaran a la escena del crimen para realizar las investigaciones, rápidamente llevó el cuerpo a una funeraria para que fuera incinerado, diciéndole a los papas de la víctima que esa había sido su última voluntad, ellos se negaron y dijeron que las autoridades investigaran. José Luis contrató a un médico particular para que elaborara un certificado médico a modo en el que dice que murió por causa naturales. José Luis no llevó el cuerpo hasta Hermosillo solo lo mandó en los servicios funerarios y ni siquiera se dignó estar en el sepelio de Melani.
El esposo se quedó con el niño de Melani, impidiendo que sus papás de la víctima convivieran con su nieto. Cuando iniciaba la investigación les condicionó la convivencia a cambio que desistieran de las denuncias.
En enero del año 2023 el esposo de Melani fue detenido y procesado. El 12 de abril del 2024 dio inicio el juicio oral en el Juzgado de enjuiciamiento penal de Acapulco a cargo de la Licenciada Evelina Ramírez Venegas. Se han desahogado la mayoría de las pruebas. La actuación de la Jueza ha sido sumamente parcial: 1 Las objeciones y debates son resueltos a favor de la defensa aun cuando no le asista la razón, 2 En audiencia maltrató al padre de Melani cuando rindió declaración como testigo[1], 3 A una perita que habló de los ciclos de violencia que vivió Melani trató de obligarla que dijera si era feminista[2], 4 Cuando el Ministerio Público y la asesoría jurídica llegan tarde pese a ser una causa justificada, se les llama la atención mientras a la defensa se le tolera su impuntualidad recurrente, 5 Varios testigos han sido declarados desiertos de manera categórica sin dar oportunidad al ministerio público de localizarlos y presentarlos a la audiencia y 6 A menudo viola el principio de contradicción dado que no le da intervención a la asesoría jurídica en el debate.
Es público que la Juez pertenece al círculo de amistad del defensor del imputado en la ciudad y puerto de Acapulco. Este tiene una escuela de litigantes a la que a menudo la Jueza acude a impartir cursos a los letrados.
Esas relaciones de amistad explicarían la parcialidad de la Jueza en un caso sumamente delicado donde se requiere tener perspectiva de género y ser empática con la situación de violencia que vive la mujer. Es deber de los Jueces y autoridades remover las barreras estructurales que enfrentan las mujeres para acceder a la justicia. El machismo arraigado y un sistema patriarcal que prevalece en nuestro país hace que conductas feminicidas como las de José Luis Martínez Rodríguez quede en la impunidad, dando un mensaje de permisividad a los perpetradores, aumentando la violencia contra la mujer. La actuación parcial de la Jueza Evelina Ramírez Venegas parece contribuir a fortalecer los mensajes de impunidad a los feminicidas.
Atentamente
Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan A.C.
[1]El Señor Martín Iván Ibarra Talamantes rindió su testimonio el día 3 de junio del año 2024 porque lo que es un testigo y debe cumplir las reglas para el desahogo de esta prueba, pero, finalmente es una víctima y debe ser tratada con respeto y compasión como lo establece el artículo 4 de la Declaración sobre los principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas y Abuso del Poder de la Organización de las Naciones Unidas, sin embargo, la Juez le gritó la víctima diciéndole que se abstuviera de darle explicación a la defensa, que se limitara a contestar con un si o no. Efectivamente la técnica para el contrainterrogatorio es así, pero no corresponde al Juez hacer esos acotamientos, sino al propio contra interrogador.
[2] A principio de junio de este año la perito en materia Psicosocial adscrita al observatorio de feminicidio rindió declaración informando del ciclo de violencia que vivió Melani, la defensa contrainterrogó tratando de destruir a la testigo y al no lograrlo preguntó si la experta era feminista, el ministerio público y la asesoría jurídica objetaron argumentando que la pregunta era impertinente pues rallaba en la militancia política e ideológica de la testigo lo que no era motivo de su expertís, la Juez desechó la objeción diciendo que la pregunta atacaba la credibilidad del testigo, obligando con ello a que la testigo revelara su militancia política y si su respuesta era afirmativa el testimonio no tendría credibilidad, por ser feminista la perito.