Abel Barrera Hernández
“La paz la vamos a dar nosotros (…) metiste a gente de fuera a querer controlar la ciudad, cuando en Iguala tenemos a gente competente y capacitada para eso (…) siéntate a arreglar con los dueños de la plaza si no, uno por uno va a ir cayendo”. Este mensaje fue difundido en un video por el grupo de la “Sierra”. Lo dirige al nuevo presidente municipal de Iguala David Gama Pérez, quien tomó protesta el pasado 30 de septiembre. En ese día dejaron un coche frente a su casa de campaña, con cuatro cuerpos asesinados. También apareció otro video del grupo delictivo los Tlacos donde interrogan a supuestos integrantes del grupo antagónico conocido como la Bandera, comandado por Chucho Brito.
Estas acciones criminales forman parte de las disputas territoriales y el reacomodo de los grupos delincuenciales que irrumpieron por los cambios de autoridades municipales que se dieron en el estado de Guerrero. En los 16 municipios de la zona norte sobresale Iguala de la independencia. A pesar de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la disputa por la plaza ha costado mucha sangre, incrementándose el número de personas desaparecidas. Para el colectivoLos Otros Desaparecidos de Iguala, desde el mes de noviembre de 2014 hasta mediados de junio del 2021, han encontrado 243 osamentas humanas y fragmentos, en varios puntos de la periferia de Iguala. Durante este tiempo lograron identificar 68 personas y 52 de ellas fueron entregadas a sus familiares.
La estructura macro delincuencial se mantiene intacta en la zona norte del estado. Las autoridades de los tres niveles de gobierno son incapaces de tomar el control de lo municipios y de la región. Hay mandos de la delincuencia que desafían a las autoridades municipales, se desplazan armados por carreteras y caminos de terracería imponiendo su ley en los pequeños poblados. En las principales avenidas y calles de Iguala causan terror, porque de manera intempestiva llegan en motocicletas para asesinar a personas que se encuentran laborando en sus negocios o domicilios.
Los municipios de Cocula, Teloloapan, Taxco de Alarcón, Apaxtla de Castrejón, Huitzuco de los Figueroa, sobresalen en esta región por la violencia e inseguridad impuestas por las organizaciones delincuenciales como los Tlacos, La Bandera, Gente Nueva, Guerreros Unidos y la Familia Michoacana. En Huitzuco la delincuencia ha impuesto el toque de queda, desafiando al ejército y la guardia nacional. En Teloloapan los grupos del crimen tienen el control del municipio, lo mismo en Apaxtla, en Cocula y Cuetzalan del Progreso. Es un enclave que mantiene vínculos con la zona serrana. En la parte norte tienen comunicación con el estado de Morelos, principalmente Cuernavaca.
Iguala, es un paso obligado para la región de la Tierra Caliente, donde se encuentran asentados varias organizaciones criminales que extienden su control al estado de Michoacán. El municipio de Pungarabato, cuya cabecera es Ciudad Altamirano está controlado en buena medida por la Familia Michoacana. Los principales giros comerciales los administra el crimen organizado y en varios municipios de la Tierra Caliente tienen el control de los gobiernos municipales. La población está sometida y plegada a las decisiones arbitrarias impuestas por los diferentes grupos de la delincuencia. El pago de piso se ha generalizado para asegurar los ingresos de los grupos criminales. Son comunes los retenes en las salidas de las principales cabeceras municipales. Los patrullajes están a cargo de los grupos delincuenciales que tienen muy delimitados su territorio. Predominan La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, y en los últimos años ha incrementado su presencia el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha incursionado en varias regiones del estado. Poco se sabe de lo que acontece al interior de las comunidades que no se han liberado de este flagelo. La Guardia Nacional difícilmente recorre estos municipios. Los asesinatos de autoridades y candidatos fueron recurrentes en la pasada contienda electoral. Su colindancia con el estado de Michoacán y la región serrana de Guerrero, en la parte de San Miguel Totolapan, ha colocado a la Tierra Caliente, rica por sus actividades agro comerciales y ganaderas, en una ruta estratégica para el trasiego de la droga y la venta de armas. Forma parte de las regiones del silencio, donde los periodistas ejercen la autocensura para salvar sus vidas.
En los municipios de Zirándaro, Coyuca de Catalán, Arcelia, San Miguel Totolapan se han suscitado conflictos de índole político electoral como parte de la disputa de los poderes locales, que se dirime entre los grupos delincuenciales atrincherados entre los mismos partidos políticos. Las comunidades rurales de la zona serrana de San Miguel Totolapan, enfrentan el asedio del crimen organizado, que además de controlar los caminos pedregosos de la Sierra se han propuesto saquear la madera, ignorando los acuerdos de asamblea que han asumido los ejidatarios. Esta disputa por el control del bosque le ha costado la vida a las autoridades agrarias y comisarios municipales por asumir la defensa de sus territorios. En la parte alta de la sierra que colinda con Coyuca de Catalán se han suscitado enfrentamientos entre los ejidatarios y grupos del crimen organizado. A pesar de que las autoridades comunitarias han solicitado la presencia de la Guardia Nacional y de la policía del estado, las familias desplazadas no han encontrado la protección que esperaban. La ausencia de las instituciones es secular. Es una región inhóspita, olvidada, que se pobló con familias de pastores, quienes abandonaron esta actividad con la conformación de nuevos ejidos. Ahora sobreviven de la siembra del maíz de temporal, la producción del mezcal, la venta de madera y el cultivo de la amapola. En varias ocasiones las familias que no tienen ingresos seguros han encarado al Ejército que llega para destruir sus cultivos, criminalizando su pobreza. Resisten todo el tiempo el asedio de grupos de la delincuencia, que se disputan el control de sus territorios. Los desplazamientos forzados es un fenómeno creciente en las partes altas de la serranía, que abarca las regiones de la Tierra Caliente, Zona Norte, Región Centro y la Costa Grande De Guerrero.
Con el nuevo gobierno de Evelin Salgado, la violencia se ha extendido en las 7 regiones del estado. Hay un despliegue inusitado de los grupos criminales que desafían a las corporaciones policiacas y a la misma guardia nacional, que sigue desdibujada y replegada. Las disputas territoriales se han recrudecido ante la titubeante administración de la nueva gobernadora. Esta coyuntura política ha sido aprovechada por los grupos de la delincuencia organizada, para afianzar su poder y supeditar a las mismas autoridades municipales a su lógica delincuencial. Mientras tanto los mandos policiacos y militares se han concentrado en las zonas turísticas, para blindar a los paseantes, dejando como siempre en estado de indefensión a las familias pobres de la entidad que son víctimas de la paz impuesta por los grupos criminales.
Publicado en el diario La Jornada