Opinión Las causas de la violencia: un debate ineludible Vidulfo Rosales Sierra De acuerdo con el recuento de El Sur, tan sólo en este mes han ocurrido 33 homicidios en Acapulco. El Martes Santo fueron ultimadas siete personas en el puerto. Hace unas semanas fue asesinado Noel Garay Benítez ex secretario de Obras Públicas y destacado activista de Morena en Coyuca de Benítez y recientemente Maricela Morales Ortiz ex candidata de ese partido a la presidencia de Pilcaya. La reacción del presidente estatal de Morena ante el asesinato de sus correligionarios fue una monumental indolencia. Del primer caso dijo que el activista no valoró adecuadamente las amenazas en su contra, prácticamente lo culpó de su asesinato. En el segundo con frialdad e indiferencia expresó que la dirigente asesinada fue una candidata externa de Morena e incluso con ella se perdió la elección y que casi no la conocía. La supina indolencia del dirigente del partido guinda resulta hasta ofensivo para las familias de los deudos. Noel Garay incluso era uno de sus operadores en Coyuca de Benítez que lo promovía en su aspiración a gobernador, y resulta inconcebible que se pronuncie con esa ligereza, lejos de hacer una condena enérgica y demandar una investigación pronta. La superficialidad, arrogancia e indiferencia del dirigente estatal no es aislada. Esta actitud persiste en las autoridades del estado y la clase política, quienes evaden el problema, optan por acciones de relumbrón y frívolas en lugar de construir un diagnóstico serio de la violencia que vive la entidad. A nivel federal persiste un debate sórdido que se ha polarizado entre aquellos que sin fundamentos y objetividad señalan de narco gobierno a esta administración y la Cuarta Transformación que los tilda de conservadores de los que heredaron la corrupción y la violencia que se vive en el país. Así, la confrontación tiene tintes político electorales sin posibilidad de arribar a un análisis serio que permita identificar los entramados delictivos que los grupos del hampa han edificado en territorios completos, las alianzas construidas con grupos políticos y cuerpos de seguridad. Desde Morena y el movimiento progresista debe emerger el análisis, la reflexión y la crítica constructiva que ponga el dedo en el renglón. Existen liderazgos y compañeros de altas miras que pueden contribuir a este cometido, pero se debe estar dispuesto a alzar la voz poniendo en el centro los problemas que aquejan nuestra entidad. No se trata de callar para congraciarse con los de arriba con tal de proteger un interés personal o de grupo. Como lo hemos dicho, hoy día los grupos delictivos ya no sólo se ocupan del negocio de las drogas, controlan el comercio, el transporte público, el lavado de dinero, tomaron gobiernos municipales y tienen el poder en amplios territorios. Allí ellos imponen sus leyes con la complacencia de las autoridades y fuerzas de seguridad del Estado. La marcha del 4 de marzo pasado en Chilpancingo encabezada por 13 presidentes municipales, nos da una idea del control que el hampa tiene en la estructura del poder municipal. No se trata de un enquistamiento en la administración pública, sino un ejercicio efectivo del poder público, desde donde administran el presupuesto, deciden la obra pública sirviéndose con la cuchara grande, controlan la seguridad, el comercio, el transporte, panteones y espectáculos públicos dentro del marco legal. Tienen halcones y sicarios con uniforme de policía de tránsito y preventiva. El hampa no necesita esconderse de nadie, ya es parte del poder público institucional. Así como estos municipios ya son gobernados por los grupos delictivos, ¿cuántos más están a su merced? En la sierra, Tierra Caliente, Costa Grande y Costa Chica se habla de varios Ayuntamientos que corren la misma mala suerte. No se puede seguir en la misma narrativa de descalificar a quienes hagan estos señalamientos porque en nada contribuirá a disminuir la violencia que padecemos. Lo mejor es analizar y reflexionar cómo se desmontan estos entramados criminales que ya se han fortalecido. Desde el prisma de la seguridad ciudadana, el problema ya no se puede abordar trayendo a policías y militares. Por ejemplo, se debiera pensar en una nueva forma de hacer política: que en las campañas no prevalezca el dinero, ni gane el que pueda comprar votos; que el candidato cumpla perfiles de honestidad, mística y entrega por las causas del pueblo; que cuente con una trayectoria política probada y cercana a la gente y con un programa político; que estos elementos no sean sólo éticos ni morales, sino que se eleven al plano legislativo, siendo un requisito formal para tener una candidatura. Los partidos políticos y dirigentes deber estar bajo el escrutinio y supervisión de instancias legales para que no admitan en sus filas personas con vínculos delictivos a riesgo de ser sancionados. Se deberán endurecer y transparentar las reglas de operación para adjudicar las obras públicas municipales. Sancionar e investigar a ediles que sostengan reuniones con líderes de bandas delictivas y no como acontece hoy en día que algunos medios ensalzan a la ex presidenta de Chilpancingo por haberse reunido con el jefe de un grupo delictivo. Policías y funcionarios públicos municipales y de otros niveles que evidencien lazos con el hampa deben enfrentar una investigación seria; los crímenes de alto impacto como el del presidente municipal de Chilpancingo y otros deben esclarecerse; se debe buscar decididamente a los desaparecidos, atender a los desplazados y erradicar la violencia contra las mujeres. Las demandas de salud, educación, empleo y apoyo al campo se deben poner en el centro. El Estado tiene que hacer presencia en las comunidades, dar una atención a ras de suelo y no dejar vacíos y omisiones. En suma, se debe construir un gran diálogo y ruta para la paz donde se puedan analizar estos y otros tópicos. Esta realidad no se puede seguir ocultando, pues tarde o temprano se desbordará con consecuencias lamentables. Si el gobierno de Estados Unidos está fichando a líderes criminales en México es porque tiene información de primera mano; el contexto comentado en este texto lo sabe de sobra, y por eso sus señalamientos contra el gobierno. Publicado originalmente en El Sur Share This Previous ArticleMarco Antonio, un defensor tenaz, aguerrido y comprometido con su gente No Newer Articles 6 horas ago