Ciudad de México, a 26 de agosto de 2022. “Aún no hay certeza científica de que los 43 estudiantes estén sin vida”, adelanta Vidulfo Rosales, abogado de las madres y padres, nueve días después de que la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (CoVAJ) presentó su informe.
El día de hoy las madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos desde el 2014 en Iguala, Guerrero, leerán un comunicado donde darán a conocer algunas líneas relacionadas con el informe que presentó Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos, el pasado 18 de agosto en el cual afirma que no hay indicios de que los estudiantes normalistas se encuentren con vida.
Vidulfo Rosales considera tres puntos en la revisión que se está realizando del informe que presentó la CoVAJ. El primero, se reconoce que la agresión que sufrieron los normalistas es un crimen de Estado. Parece muy superficial, sin embargo, es complicado porque muchas víctimas han tenido que recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que condene al Estado mexicano, y reconozca como crimen de Estado otras graves violaciones a los derechos humanos. En el caso Ayotzinapa es el propio Estado que reconoce, porque no fue solo Alejandro Encinas, pues estuvo el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, el secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, el fiscal general, el secretario de marina, el secretario de la defensa nacional, creo que se debe tomar en su justa dimensión lo que se está diciendo.
Segundo, “el informe establece responsabilidades de autoridades municipales y autoridades estatales, fuerzas de seguridad implicadas en los hechos, autoridades federales, la policía federal, el 27° batallón de infantería, el 48° batallón de infantería, los dos con sede en Iguala, y la 35° zona militar”.
Un tercer elemento que contempla el informe es que la agresión el día 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014 fue un hecho complejo. Hoy la comentocracia en México está diciendo que este informe es igual a los informes anteriores y yo creo que habría que hacer una diferenciación. Lo que está diciendo este informe es que la agresión se estuvo desarrollando en varios escenarios en Iguala, en el crucero de Santa Teresa, Periférico Norte, Palacio de Justicia y otros, mientras que la agresión a Julio César Mondragón Fontes se dio en otro escenario. La simultaneidad de la agresión dio pie a que participaran varios actores estatales y no estatales. Es decir, se trató de un hecho complejo y no como se estableció con anterioridad que en un punto determinado detuvieron a todos los estudiantes. Ha quedado evidenciado que los estudiantes se estuvieron moviendo en distintos lugares y, entonces hubo la capacidad de los agresores de ocupar todo este espacio, estamos hablando de casi toda la ciudad de Iguala y la periferia. Se necesitó una operación de gran escala para poder agredir a los estudiantes.
Hay un cuarto punto que es complicado, polémico, que los padres de familia lo han analizado con detenimiento que tiene que ver con el paradero y la suerte de los estudiantes. Decir que somos muy objetivos, pues no vamos a desestimar lo que está aportando el informe, pero tampoco hay una aceptación.
Para Vidulfo Rosales el informe dice que la mayoría de los estudiantes probablemente estén sin vida y que la hipótesis está sustentada en algunas pruebas técnicas. Sin embargo, estas pruebas técnicas necesitan todavía ser corroboradas. La CoVAJ necesita pasar a un segundo nivel de corroboración para ver si lo que afirma efectivamente tiene el sustento que nos pueda dar una certeza científica. Seguramente Alejandro Encinas ya entregó estas pruebas técnicas a la Fiscalía General de la República para que someta a un tamiz científico esta prueba técnica. Por nuestra parte, haremos lo propio. Las madres y padres estamos pidiendo al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), con su expertis independiente que también pueda someter a un tamiz científico esta prueba técnica que sustenta que la mayoría de los jóvenes estaría sin vida.
Por ahora no desestimamos el informe, pero tampoco es que ya está dilucidado cabalmente. Una vez que se tengan elementos científicos estaremos en condiciones de decir si tiene sustento la prueba técnica con la que se pretende respaldar la hipótesis de que los estudiantes no estén con vida, señala Vidulfo.
En los hechos de Iguala participaron autoridades municipales, así como policías municipales de Cocula, de Huitzuco y de Tepecoacuilco. Estamos hablando de una región completa en el estado de Guerrero. Además, están implicados los militares del 27° batallón de infantería, del 48° batallón de infantería y de la 35° zona militar, incluso altos mandos implicados directamente en la desaparición de los jóvenes. Aquí ya no es un tema de que son autoridades que actuaron a un nivel de encubrimiento u omisiones para intervenir y prevenir lo ocurrido, sino que están implicadas directamente.
Es importante hacer hincapié de someter a una dilucidación de carácter técnico-científico para que pueda tener certeza la información vertida por la CoVAJ, y los padres de familia de los 43 merecen, las víctimas de una desaparición forzada, certeza científica. Son necesarias las pruebas indubitables de que sus hijos ya no están con vida.
El día de ayer una madre nos decía que había hablado con su familia. «Fue muy doloroso para nosotros, mi familia dice que vamos a aceptar si ya mi hijo está sin vida, pero que nos presenten sus restos, para que lo podamos llorar, para que podamos cerrar el círculo. Yo quiero los restos de mi hijo, quiero la prueba científica, jurídica de que ya está sin vida, que me lo presenten».
Vidulfo Rosales señaló que ese el análisis al que han llegado. Lo que hoy se tiene en el informe todavía no se alcanza a un nivel de esclarecimiento, todavía no alcanza para decirles a los padres y madres, aquí están los restos o aquí están los elementos técnicos científicos de lo que habría ocurrido. Entonces no podemos todavía afirmar que sí.
Hasta el momento el informe es una hipótesis, un avance preliminar del esclarecimiento del caso Ayotzinapa. Las madres y padres seguirán analizando junto con las organizaciones acompañantes y el GIEI para arribar a una conclusión sobre el informe de la CoVAJ.
En el tema de la detención de Murillo Karam vemos en estos días al fiscal general más comprometido con el caso, sin dejar de lado que Omar Gómez es el que dirige la Unidad de Investigación del Caso Ayotzinapa, en él recaen todas las responsabilidades.
Lo que esperamos son dos situaciones. Por un lado, han anunciado la existencia de acciones penales contra varias personas. En otra parte, está la línea de cómo sucedieron los hechos del paradero de los jóvenes, dónde se tendrá que continuar con esa investigación para dilucidar cabalmente lo ocurrido.
Hasta ahora hay elementos preliminares, sin embargo, esos todavía tienen que ser corroborados. Se tiene que seguir echando mano de más testigos, más informantes, más colaboradores que quieran hablar sobre la desaparición de los 43. Esperamos que si haya más detenciones de personas que puedan colaborar, se pueda romper este pacto de silencio.
Este informe ha sacudido la investigación y eso puede ser un punto de inflexión para que pueda adquirir otro dinamismo. La investigación había caído en un bache. Esperamos que a partir del informe se tiendan rutas de trabajo que hay que seguir contra militares, cuerpos policiacos y del crimen organizado. Hay nombres y se tiene que proceder de inmediato. También, establecer una ruta del paradero de los jóvenes. Falta todavía dilucidar los hechos y lo cierto es que no tenemos a los 43, dijo Vidulfo.
Las madres y los padres van a continuar con las movilizaciones que se tienen programadas. Este informe no significa que todo terminó. Aún no tenemos a los jóvenes. Hay tres identificaciones, pero del resto no tenemos nada. Hay datos preliminares susceptibles para seguir trabajando, pero falta mucho para que adquieran un grado de mayor certeza científica e indubitable en la que les podamos decir a los padres lo que realmente ocurrió. Las madres y padres se encuentran con un inmenso dolor, pero también tienen esperanzas.