Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)
20 de noviembre del 2017
Víctor y Marcelino Sahuanitla Peña fueron asesinados por luchar y defender los magros y deshilachados derechos laborales que todavía existen en México, esos derechos que las poderosas y corruptas multinacionales canadienses, entre muchas otras, se niegan a respetar e incluir de forma automática a las y los trabajadores que operan en sus minas.
El asesinato de ambos se suma a una larga lista de compañeras y compañeros que han caído y que están relacionados con empresas mineras canadienses. Ya desde el año pasado tuvimos un escenario parecido por parte de la empresa canadiense Goldcorp/Leagold, operadora del proyecto “Los Filos” en el vecino pueblo de Carrizalillo, quienes pactaron un acuerdo en lo oscuro con líderes sindicales y despidieron a cientos de trabajadores, para luego, sólo algunos de ellos, reasignarlos en otras áreas con contratos de tres meses, tiempo en el cual ocurrieron varios accidentes durante el ejercicio de las nuevas funciones de los trabajadores, accidentes que la empresa mantuvo en silencio.
Ahora la otra canadiense, la empresa Torex Gold Resources, que opera el proyecto denominado Media Luna, en el municipio de Cocula, en franca y abierta colusión con grupos de corporativos sumisos y obedientes a la empresa, se niegan a respetar los derechos laborales más elementales para las y los trabajadores mineros, y quienes ante la negativa de la empresa, instalaron un paro de labores que el día sábado 19 de noviembre fue violentado por un grupo de sicarios que abiertamente ha operado en la zona, siempre ayudando a defender los intereses de la empresa.
Ya antes habían actuado también en contra el grupo de pescadores de la comunidad de Nuevo Balsas, por cierto, grupo que continúa siendo una deuda pendiente tanto para la empresa como para
el gobierno del estado quienes continúan mintiéndoles y administrando el conflicto.
Toda la semana se transcribieron notas sobre el asunto del paro laboral; se manifestaron sindicatos canadienses solicitando la intervención de su primer ministro; igualmente, hace unas semanas varios grupos de México estuvieron en Canadá, justo haciendo una serie de señalamientos y denuncias por las recurrentes y terribles violaciones a los derechos humanos, ambientales y laborales que realizan todas las empresas canadienses que operan en México, y en especial las que operan en el estado de Guerrero, mismos señalamientos que esquivó y continúa esquivando el Sr Trudeau, ese primer ministro del partido liberal que durante su campaña prometió meterlas en cintura; también en la semana se solidarizaron varias organizaciones sociales y sindicales quienes mostraron preocupación ante la potencial represión y desalojo que dejaba mirar el arribo de la gendarmería al sitio de conflicto, misma que “casualmente” el día del asesinato, saber dónde estaban.
Hay otros involucrados en este asesinato, como el Sr. Pierre Alarie, Embajador de Canadá en México, quien desde que arribó a México el 7 de abril de 2015, ha mostrado su racismo hacia el pueblo mexicano y en especial al del estado de Gro. Otro responsable de esta tragedia es el gobernador del estado, el Sr. Astudillo, al cual de plano ni cómo ayudarlo, ya que, en su decadente mandato, es enormemente visible su falta de visión y compromiso social, es totalmente sumiso al gobierno canadiense y al gobierno federal y
además, ha sido muy ignorante sobre la problemática real del estado. Ambos, al igual que varios de sus operadores políticos, se la pasan hablando del beneplácito que deberíamos tener en Guerrero por la “enorme” cantidad de oro que hay bajo nuestros guaraches.
Por su parte, la Sra. Rosario Robles nos dice que hasta las gracias hay que darles porque invierten en nuestro país y sus bondades ya son parte del progreso financiero del estado y nacional a través del fondo minero. Los presidentes municipales -algunos empiezan a
arrepentirse de haber entregado permisos a estas empresas-, están atrapados en una espiral de violencia y de carencia financiera, que simplemente su mayor deseo es concluir su mandato para irse a la buenas curules de la tradicional ascendencia política, en donde el riesgo es menor, aunque cada vez el riesgo se les acerca más.
Y así, mientras el oro continúa trayendo “Progreso y Desarrollo” al estado, y las empresas chinas se saborean los bigotes por la entrega de territorio estatal a través de las Zonas Económicas Especiales, que significan la cereza del pastel en la entrega del territorio y los bienes naturales para las trasnacionales, mientras todo eso ocurre, cada día hay más pueblos despojados y desplazados en el “afamado cinturón dorado de Guerrero”, cada
vez tenemos más estructuras de gobernanza atrapadas en las redes de las trasnacionales y del crimen organizado y, cada vez hay menos salidas para dialogar y establecer acuerdos sociales que nos den paz. En efecto contrario, es natural que también cada vez
tengamos más resistencias de necios y necias que continuaremos ejerciendo, defendiendo y exigiendo nuestros derechos, nuestro derecho a la vida y nuestro derecho a la libre determinación.
Un abrazo fraterno a la familia de Víctor y Marcelino Sahuanitla Peña. Nos sumamos a las demandas de justicia, esclarecimiento y castigo a los culpables materiales e intelectuales de estos lamentables sucesos. Víctor y Marcelino sólo querían un poco de respeto sobre sus derechos laborales. Ni eso permite el desarrollo y progreso minero.
¡FUERA MINERAS DE NUESTROS PUEBLOS!
¡POR TERRITORIOS LIBRES DE MINERÍA!