Opinión OPINIÓN | La lucha internacional por el derecho a la verdad | Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan Nunca imaginé que para buscar a mi hijo tendría que cruzar la frontera de México para hablar con los miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington. Tampoco pasó por mi mente que me sentaría a dialogar con congresistas de Estados Unidos para presentar el caso de nuestros hijos desaparecidos. No puedo creer que para exigir justicia tenga que venir a la capital de Estados Unidos para que nuestro gobierno escuche nuestros planteamientos. Las pláticas que tuvimos en México fueron muy complicadas porque los representantes del gobierno quisieron como siempre restringir las visitas del nuevo equipo de trabajo de la comisión interamericana. En todo momento los funcionarios le daban vueltas a lo que como papás y mamás les demandábamos sobre cómo debería de ser el trabajo de este comité. Nos querían enredar con su lenguaje ambiguo, poniendo palabras que no decían exactamente lo que nosotros queríamos. Les dijimos que como papás y mamás lo más importante es crear un mecanismo que nos asegure de que si vamos a saber toda la verdad. Por eso nos enojamos, porque ellos le dan más importancia al manejo de las palabras y no a su compromiso por encontrar a nuestros hijos. Ahora entiendo la importancia que tiene nuestra lucha, porque la misma gente que platicó con nosotros, sentían a nuestros hijos como suyos. Varias mamás lloraron con nosotros. En verdad eso es lo que más nos da esperanza, porque nuestro sufrimiento lo entiende mucha gente, lo vive en lo más profundo de su corazón. Con ellos y con ellas nuestra lucha se hace más grande y el mismo gobierno se siente presionado porque sabe que la gente no cree en su verdad histórica. Estuvimos frente a la casa blanca y ahí extendimos nuestra manta para explicarle a la gente el motivo de nuestra lucha y por qué estábamos en ese lugar. Les dijimos que así como el gobierno de Estados Unidos ha firmado convenios para hacer negocios, también tienen compromisos internacionales de respetar los derechos humanos. Les comentamos que nuestros gobiernos han puesto en marcha planes para combatir el narcotráfico y también han realizado negocios de armas para hacer la guerra a los cárteles de la droga. Lo que ha pasado es que ahora hay más violencia y los mismos cuerpos de seguridad se coluden con la delincuencia organizada. Todo esto tiene su origen en los acuerdos que realizan los gobiernos y que no evalúan con realismo los daños que están ocasionando a la mayoría de la población. La gente que se detenía para escucharnos nos saludaba y expresaba su solidaridad. Levantaban su puño para demostrar que estaban con nosotros. No nos dejaron solos, por el contrario, llegaron más personas a darnos ánimos. Esta compañía me emocionó mucho, porque sentía muy vivo el cariño que tienen por mi hijo. Yo lo único que tengo en mente, es el recuerdo de mi hijo. Su rostro y su sonrisa la llevo en mi corazón a todas partes. Por eso, lo que hay alrededor mío no tiene importancia, porque nada me dice de mi hijo. No quiero que la gente piense que fui a pasear a la casa blanca o al capitolio. Eso no me interesa ni tengo ganas de hacerlo. Yo fui porque me comisionaron para representar a todos los papás y mamás que estamos luchando por encontrar a nuestros hijos. Alguien tenía que estar en la comisión interamericana para hablar directamente con todos los comisionados, para que conocieran cuál es nuestro sentir y cómo queremos que sea el mecanismo de seguimiento. En otras reuniones han estado nada más nuestros abogados, pero ahora era importante nuestra presencia para que supieran que somos nosotros los que estamos pidiendo que continúe la comisión apoyándonos en la investigación. Los abogados nos han ayudado mucho porque ellos nos explican cómo funciona este sistema, y la verdad hemos entendido que gracias a los organismos internacionales nuestro movimiento no ha perdido fuerza. Los mismos comisionados nos han dado confianza porque son personas que nos dan nuestro lugar y velan por nuestros derechos. En la sede de la CIDH tuvimos varias reuniones este fin de semana. Hablamos primero nosotros con los comisionados y luego con los del gobierno. Cuando estuvimos juntos, los funcionarios daban a entender a los miembros de la CIDH que ya teníamos un acuerdo previo sobre cómo sería el mecanismo de seguimiento. Ellos lo plantearon porque querían demostrar a los comisionados su oficio de concertadores y su compromiso con nuestra causa. Con esta postura los representantes del gobierno querían sacar ventaja porque así podían tener más eco sus propuestas. Nosotros cometamos que mejor fuera la comisión interamericana la que decidiera cómo iba a funcionar este mecanismo. Luego vimos que no les gustó nuestra postura, pero no se trataba de quedar bien con ellos, mucho menos de ver que no se molestaran. Fuimos para asegurar que se definiera el mejor mecanismo, porque lo que nosotros queremos es encontrar a nuestros hijos. No se me olvida la forma tan inteligente con la que actuaron los comisionados y comisionadas de la CIDH. Se centraron en el punto que más nos interesa, de cómo el gobierno tiene que garantizar el esclarecimiento pleno del paradero de nuestros hijos desaparecidos. Nos dio mucho ánimo escuchar de que el gobierno tiene que acatar la resolución de la comisión y sobre todo facilitar el inicio inmediato de las labores del mecanismo especial de seguimiento. Se atendió nuestro planteamiento de que el equipo de trabajo pueda estar conformado por más de dos personas y que las visitas puedan ampliarse dependiendo de las circunstancias y de las necesidades que se presenten. Lo que en verdad se planteó fue una propuesta bien sustentada y que tiene como fin último llegar al fondo de la verdad. Eso fue lo que me dejo satisfecho, de que el trabajo que vaya a realizar el nuevo comité, esté pensado en encontrar a nuestros hijos, en impulsar la búsqueda y en apoyar los trabajos de investigación. Este mecanismo tendrá principalmente las siguientes características; le va a dar seguimiento a las medidas cautelares y a todas las recomendaciones que dejó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI); se va a integrar por lo menos con dos asesores técnicos especiales que podrán visitar México con la frecuencia y el tiempo que sean necesarios. También es importante resaltar que los asesores tendrán acceso pleno a los expedientes y a las demás fuentes de información. Por parte del comisionado de la CIDH que quedó a cargo del mecanismo podrá realizar por lo menos tres visitas a México para supervisar los trabajos. Lo que más nos dio confianza es que la Comisión fue muy clara al señalar a los representantes del gobierno que las actividades que realice el mecanismo no puede ser restrictiva, más bien tiene que respetar las demás competencias que le otorga la Convención Americana de Derechos Humanos. La misma CIDH planteó al estado que se comprometa más con nosotros y que redoble sus esfuerzos para que puedan dar con el paradero de nuestros hijos que siguen desaparecidos. Yo creo que por eso la Comisión insistió que las acciones que ha hecho el gobierno no son suficientes porque no han arrojado resultados concretos. Les dijo que deben de tomar muy en cuenta lo que planteo el GIEI de que se sigue obstaculizando la justicia. También les pidió que atendieran algunos temas relacionados con las deficiencias del trabajo pericial y con la línea de investigación relacionada con la delincuencia trasnacional. Como papá en verdad estoy muy animado por la decisión que tomó la CIDH, porque con eso le está diciendo al gobierno que la justicia y la verdad sobre el caso Ayotzinapa aún están pendientes. Nosotros no descansaremos de insistir en la salida de Tomás Zeron, porque es el principal obstáculo que hay dentro de la PGR para avanzar en las líneas de investigación planteadas por el GIEI La verdad este viaje valió la pena porque no defraudamos a los demás papás y mamás. Logramos que se definiera un mecanismo como lo habíamos discutido con nuestros abogados, y encontramos eco en la CIDH que es una instancia con mucha calidad moral y gran prestigio, porque sus decisiones están bien cimentadas y se orientan en la búsqueda efectiva de nuestros hijos. La afirmación que hizo la CIDH al gobierno de México sobre la falta de resultados concretos en la investigación nos da la razón, y al mismo tiempo demuestra a nivel internacional que la lucha que por más de un año y diez meses hemos mantenido sin descanso, tendrá resultados tangibles. Eso es lo que en cada noche tratamos de acariciar en nuestros sueños; que nuestros hijos aparezcan y que el gobierno nos diga dónde están. Solo así en México podrá haber paz, cuando sepamos quienes son los responsables de todo lo que hemos sufrido y llorado. Share This Previous ArticleCOMUNICADO | CIDH aprueba mecanismo especial de seguimiento para investigación Ayotzinapa. Next ArticleCARTA | Carta dirigida a EPN sobre Ley General de Víctimas 1 agosto, 2016