La Guardia Nacional sólo vendría a legitimar la militarización en las calles y comunidades indígenas. Tlachinollan ha documentado varios casos de violaciones graves de derechos humanos perpetrados por elementos castrenses. La Guardia Nacional parece no ser una alternativa a la inseguridad ni a la ola de violencia, tampoco puede ser medular en la construcción de paz. Al contrario, quienes salen perdiendo en esta guerra son los pueblos de México.
En este marco de crisis de derechos humanos es peligroso una Guardia Nacional con mando militar. En este sentido, el proyecto de la Policía Comunitaria es innovador y funcional para disminuir la velocidad del tren la macrocriminalidad. En la región de la Montaña y Costa Chica de Guerrero han mostrado su efectividad para brindar seguridad en las comunidades indígenas. ¿Qué otra alternativa existe?