Nuestra gratitud y aprecio
al periodista y compañero de lucha,
Juan Cervantes Gómez.
En sus 5 décadas como reportero
nos narró historias de los héroes locales
y nos mostró el Guerrero de abajo.
La jornada electoral de este domingo 2 de junio fue una muestra de civilidad política por parte de los ciudadanos y ciudadanas que muy temprano acudieron a sus secciones electorales para votar. Sobresalió la organización de los funcionarios de casilla, que en su mayoría llegaron antes de las 8 de la mañana para tener lista la instalación de las urnas y las mamparas. Un buen número de electores se formaron muy temprano para emitir su voto. En las casillas especiales sucedió el mismo problema, que se agotaron las boletas y muchos electores se quedaron sin emitir su voto.
Hubo reportes de que algunas casillas no se instalaron a tiempo por falta de materiales y porque no llegaron todos los funcionarios de las casillas. Estas fallas causaron molestia entre los ciudadanos que reclamaban celeridad para iniciar la votación. Las que se instalaron a tiempo verificaron que toda la papelería de los candidatos y candidatas estuviera completa y en orden. Los representantes de los partidos testificaron que no existiera alguna anomalía. Asumieron con celo y responsabilidad el rol que les toca jugar. Se mantuvieron atentos y vigilantes para que todo transcurriera en paz.
La participación de los jóvenes voluntarios fue extraordinaria; apoyaban a la gente mayor para darle un trato preferente a la hora de votar. Estuvieron prestos para informar a los electores la ubicación de su casilla, de acuerdo con la primera letra de su apellido paterno. Fue copiosa la presencia de los ciudadanos desde antes de las 8 de la mañana hasta después del cierre oficial a las 6 de la tarde. El inclemente calor no fue impedimento para que la gente permaneciera más de 2 horas en la fila para emitir su voto.
Fue un domingo extraordinario, porque la mayoría de los ciudadanos suspendió sus actividades cotidianas para destinar parte de su tiempo a emitir su voto. En su máximo esplendor se expresó la pluralidad política a la hora de cruzar las boletas. El sigilo electivo fue sagrado, respetuoso y ordenado. La concurrencia de personas jóvenes, adultos mayores y la participación de las mujeres fue muy significativa, porque ellas han asumido un rol protagónico y una postura crítica ante los candidatos a presidentes municipales, diputados federales y locales, así como de los senadores, que no toleran que se aplique la equidad de género en todas las candidaturas. En el electorado prevaleció el voto de castigo por la decepción que existe a causa de los pésimos resultados de quienes vuelven aparecer en las boletas electorales.
Es inconcebible que los candidatos a senadores de la coalición de Morena y del PRI en Guerrero repitan otro sexenio cuando no han dado resultados tangibles en favor de la población pobre de Guerrero, que se siente avasallada por el crimen organizado e ignorada por las autoridades estatales y locales. Son los prototipos de candidatos fantasma que detesta la población, por su ausencia e insolencia y porque se acostumbran a vivir del erario público. Serán 12 años de buena vida, sin contar los cargos que ocuparon en trienios anteriores. El monopolio de las candidaturas por parte de las cúpulas partidistas que negocian las candidaturas, es el cáncer que destruye el delgado tejido de nuestro sistema democrático. Tenemos una partidocracia que violenta las normas que nos rigen, no son transparentes ni veraces y causa múltiples agravios a una población que está enojada por tantas arbitrariedades que cometen.
Las diputaciones federales también fueron producto de negociaciones truculentas entre los dirigentes nacionales y estatales de las coaliciones. No hay respeto a los ciudadanos y ciudadanas al ignorar sus opiniones y exigencias. Todo lo supeditan a sus intereses facciosos. Los dirigentes políticos demandan ante todo lealtad a la jerarquía partidista y reciprocidad pecuniaria al ostentar el cargo. Le apuestan a que las candidatas presidenciales tengan la fuerza para atraer el voto a su favor, aprovechan esa inercia para subirse al carrusel electoral y ver cuántos votos cautivos pueden cachar. Los candidatos y candidatas no cuentan con un perfil idóneo para desempeñar el cargo en el congreso federal, ni tienen el conocimiento de la compleja problemática que enfrentamos, tampoco son cercanos a la población y mucho menos tienen el pulso de la realidad para plantear reformas legislativas acordes a las demandas históricas de los sectores depauperados y excluidos.
Las diputaciones locales quedaron en el limbo para el electorado porque no conocieron a quienes ahora aparecieron en las boletas electorales. Su registro fue un asunto privado entre los dirigentes de las coaliciones. Se repartieron los distritos, y como si se tratara de una subasta, vieron quién daba más para que se quedara con la candidatura. La mayoría de ellos solo se redujo a gastar su dinero imprimiendo lonas para colgarlas en lugares que corresponden a su distrito. Nadaron de a muertito y solo aparecieron cuando había alguna marcha convocada por los candidatos a diputados federales o a presidentes municipales. No tuvieron el valor de convocar por sí solos a la gente para plantear sus propuestas y escuchar de viva voz al electorado que nunca es tomado en cuenta en el congreso local.
Las candidaturas para presidentes municipales resultaron ser las más peleadas por los millones de pesos que se destinan a través de los diferentes ramos de la federación. Fue una lucha enconada que causó disputas al interior de las mismas coaliciones y partidos. Las decisiones que se tomaron por los dirigentes fueron verticales y sin escuchar la opinión de los consejeros y consejeras, mucho menos de la militancia partidista. Se dieron hechos de violencia que causaron la muerte de candidatos a presidentes municipales y de aspirantes a cargos de elección popular. Estas acciones criminales demuestran que los grupos fácticos ejercen también su poder y desafían a las mismas fuerzas del estado. El asesinato del candidato a la presidencia por la alianza corazón y fuerza por México, José Alfredo Cabrera Torres fue un claro ejemplo de las graves fallas que existen en los cuerpos de seguridad del estado y de la guardia nacional, que no tomaron en cuenta el grave contexto de violencia que padece la población. Lo más grave es que han sucedido varios hechos de violencia y han quedado sin investigarse ni dar con los responsables. Esta impunidad que impera es un funesto mensaje para la población, de que hay permiso para matar, porque no se desmonta la estructura delincuencial ni se detienen a quienes son los autores de estos crímenes. Esta violencia imparable demanda un trabajo interinstitucional, muy meticuloso y profesional para prevenir acciones criminales, como la que recientemente sucedió con el candidato Alfredo que, en pleno mitin, una persona le disparó por la espalda.
A pesar de las malas actuaciones de los dirigentes políticos y los candidatos, y en medio de este clima de violencia, la gente salió a votar, ejerció este derecho sin arredrarse, demostró su fuerza y su poder para emitir su veredicto con total libertad. Hubo mayor vigilancia ciudadana en las urnas, la población tomó en sus manos esta responsabilidad para evitar que en la jornada electoral sucedieran hechos que inhibieran el voto y provocaran temor. El lenguaje de paz quedó plasmado en las urnas. Fueron los ciudadanos y ciudadanas los que dieron una lección de su valor cívico, de su libre decisión, de su férrea voluntad para hacer valer su derecho a elegir a quien mejor lo represente. Es un referéndum que premia o castiga la actuación de los gobernantes y coloca a los candidatos que aspiran a gobernar en el lugar que les corresponde. Es un veredicto inapelable porque la voluntad popular es imperativa e inobjetable.
En el final de la jornada electoral los dirigentes de las dos coaliciones salieron a declarar públicamente el triunfo de sus candidatas a la presidencia de la república y de las 8 gubernaturas. Actuaron fuera de la legalidad con tal de ganar la opinión pública y aparecer en todas las plataformas como triunfadores. Ignoraron las normas electorales que ordena que será el PREP el que se encargue de difundir los resultados preliminares de las elecciones federales, a través de la captura y publicación de los datos plasmados en las actas de escrutinio y cómputo de las casillas. Con sus encuestas de salida se adelantaron y dejaron en segundo término a la autoridad electoral. Nuevamente los dirigentes de los partidos asumen posturas que enturbien el proceso y genera incertidumbre en el electorado. Las dos coaliciones hablan de que ganaron la presidencia de la república y las gubernaturas, lo que demuestra que no hay veracidad en su dicho y tampoco actúan con responsabilidad y apego a la legalidad.
Estas actuaciones de las dirigencias partidistas enturbian una jornada electoral ejemplar protagonizada por los ciudadanos y ciudadanas que actuaron con pulcritud y gran responsabilidad. Las cúpulas partidistas no están comportándose a la altura del electorado, tampoco están atendiendo el mensaje de la población, que quiere paz, seguridad, orden, respeto a la pluralidad política, compromiso con la legalidad, rendición de cuentas, transparencia en sus actuaciones y asumir la máxima zapatista de mandar obedeciendo al pueblo que tiene el poder y que lo delega a quienes resulten ganadores en la elección.
Lo que la gente quiere es que haya más atención y compromiso con la población más olvidada, que no se profundice más la desigualdad, que se contenga con determinación la avalancha delincuencial, que se desmonten sus estructuras y que se acabe la impunidad para castigar a quienes son responsables de los crímenes atroces. Se requiere sanar las heridas y reparar los daños causados a las víctimas de la violencia. Los ciudadanos y ciudadanas demandamos a las dirigencias de los partidos políticos que respeten el veredicto y que atiendan el reclamo justo de la gente que lucha por la verdad y demanda justicia. Que se deje de ahondar la polarización y la confrontación política estéril. Los electores dimos una demostración ejemplar de participación política, de mucha paciencia, respeto y cordura en esta jornada electoral. Se demostró que un proceso electoral se puede llevar en paz, respetando la diversidad de opiniones y la pluralidad política. Su gran tarea es saber gobernar tomando como ejemplo la cultura cívica de quienes los eligieron. Que sepan que sin los votos ni el apoyo de los ciudadanos y ciudadanas no son más que simples mortales como todos.
Centro de derechos humanos de la Montaña Tlachinollan
Foto tomada de El Jale Noticias