No olvidemos a quienes desde la infancia cargan el pesado yugo de la discriminación. Su vida al ras de la tierra, pasa desapercibida por nuestra vista.

XXI INFORME | Desde las trincheras de Ayotzinapa: la defensa por la educación y la vida de los hijos del pueblo

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Presentación XXI Informe

Desde las trincheras de Ayotzinapa:  La defensa por la educación y la vida de los hijos del pueblo

Hemos tenido la dicha de cumplir 21 años trabajando por los derechos humanos en la Montaña de Guerrero; pero en este caminar, el 26 de septiembre de 2014 nos ha marcado profundamente con la pena que embarga a la comunidad de Ayotzinapa y particularmente a 43 familias que desde esa fecha han emprendido una ardua batalla contra las autoridades mexicanas para exigir la presentación con vida de sus hijos.

Nunca imaginamos cuán cruenta y riesgosa sería esta búsqueda. Compartir desde el primer día que llegaron a la Normal la angustia y sufrimiento de los padres y madres que día y noche luchan por encontrar a sus hijos, ha sido el mayor desafío que hemos enfrentado como defensores y defensoras de los derechos humanos en este tramo por la justicia y la verdad.

Esta emergencia es ahora un asunto que ha cobrado trascendencia nacional e internacional, lo que ha implicado un trabajo coordinado con varias organizaciones hermanas con las que hemos podido abrazar esta lucha. La labor conjunta con el Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, la Red Guerrerense de Organismos Civiles de Derechos Humanos (RedGroac), el Colectivo contra la Tortura y la Impunidad (CCTI), el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), Fundar y Servicios y Asesorías para la Paz (Serapaz), entre otras, nos ha permitido estar en los momentos más acuciantes que han enfrentado los padres y madres de familia de los jóvenes asesinados, lesionados y desaparecidos.

Somos conscientes de nuestras limitaciones y fallas en este caminar, donde tenemos que saber escuchar a quienes con tanto dolor han puesto su corazón como la mejor ofrenda de su vida para que regresen sus hijos. Es imprescindible recuperar esa memoria intangible y esa lucha tenaz y única que han sentido en carne viva los estudiantes y las familias de Ayotzinapa.

Para ello, en Tlachinollan nos dimos la tarea de registrar los acontecimientos de los últimos once meses que han marcado un nuevo derrotero por la lucha de los derechos humanos en México. Este 21 informe que hemos denominado “Desde las trincheras de Ayotzinapa: La defensa por la educación y la vida de los hijos del pueblo” es un pequeño aporte a la obra gigantesca de los estudiantes y los padres y madres que han construido un movimiento nacional para contener esta avalancha delincuencial urdida desde las más altas esferas del poder. El presente informe, de ninguna manera busca presentar la verdad sobre los hechos ocurridos en septiembre de 2014, por el contrario, su objetivo es el de dar voz a la comunidad normalista rural y a la de las familias víctimas de la impunidad y la colusión estatal.

Para ello hemos solicitado a compañeros y compañeras su contribución en esta tarea, sobre todo para que con su experiencia, visión y perspectiva pudieran ayudarnos a enmarcar la importancia que ha tenido el normalismo rural y en particular la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa desde que fue creada en 1926 y poder entender todo este proceso de construcción de un proyecto educativo pensado desde la base comunitaria para formar a jóvenes del campo y transformarlos en sujeto del cambio; realidad que no es ajena a la que hoy viven los pueblos indígenas en esta Montaña de Guerrero.

Agradecemos a Ramón Espinoza Contreras, Luis Hernández Navarro, Gloria Muñoz Ramírez, Cesar Navarro Gallegos y Tanalís Padilla, por compartirnos generosamente sus reflexiones y ser copartícipes de este informe que lleva la vena de la solidaridad y del dolor de los padres y madres de los estudiantes agredidos; la marca del compromiso inalterable por las víctimas; así como, su clara identificación con las luchas de los normalistas de México.

A los papás y mamás de Ayotzinapa, que con sus palabras sencillas, directas y fulminantes – sin pretenderlo – nos han dado lecciones de dignidad y de valor; les decimos que respetuosamente nos atrevimos a recoger momentos densos, dolorosos, extenuantes y muy esperanzadores sobre su lucha contra el poder y su fuerza para desenmascarar todas sus tropelías. Fue en el zócalo de la Ciudad de México donde sus voces de trueno cimbraron al país y agrietaron la verdad histórica de un gobierno que no habla con la verdad y que desprecia a las víctimas. A las familias de los desaparecidos, de los lesionados y los caídos dedicamos este informe y particularmente un capítulo nutrido de sus testimonios que nos muestran la viva historia de padres y madres con corazón de acero.

¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Es el clamor generalizado que cimbra hoy a nuestro país, a un mes de que se cumpla un año de los terribles hechos del 26 y 27 de septiembre.

En México, hoy nos faltan 43 estudiantes de Ayotzinapa y decenas de miles de desaparecidos más. Todos los dolores y todas las lágrimas de los más de 26 mil desaparecidos y las más de 100 mil ejecuciones en México, han encontrado cauce en este movimiento inédito de las 43 madres y padres de familia. Con el apoyo de la sociedad, seguiremos exclamando que ¡Ayotzinapa, somos todos y todas! Seguiremos denunciando nuestro hartazgo ante tanta violencia e impunidad y caminaremos bajo la guía de las 43 familias que hoy son la luz de esperanza, para que nuestro país cambie y sea en el futuro un país sin víctimas.

Tlapa de Comonfort, Guerrero. Agosto 2015.

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